La etapa de Judd Winick al frente de Green Arrow es una de las más largas del personaje en los tiempos recientes y también una de las más destacables. Después del desaguisado que algunos hicieron con el personaje, Winick cogió a Oliver Queen y usó su personaje de multimillonario con con inquietudes sociales que se transforma en superhéroe a lo Robin Hood para lo que más le gusta: escribir cómics donde los temas polémicos de la sociedad tengan cabida.
Quizás Green Arrow estaba siendo su mejor etapa al frente de un cómic: lo de los Outsiders no tiene nombre (y lo comentaremos por aquí en breve) y en Batman trajo de regreso a Jason Todd, decisión tan innecesaria como efectista. Todd está siendo uno de los peores personajes de la actual DC y, de hecho, su aparición en el número 7 de la edición Planeta de Green Arrow abre muchas dudas sobre si a Winick se le han agotado las ideas al frente del arquero verde.
Los dos últimos números de Green Arrow en España han rebajado muchísimo los méritos e la etapa que surge tras Crisis Infinita. Recordemos que ese evento dejó a Oliver Queen moribundo y que volvió, tras el parón, convertido en alcalde de Star City. La idea sirvió para unos cuantos números de superhéroes interesantes, una mezcla entre política y pijamas que parecía tener cuerda para rato.
Y, de repente, llega este número 7 (que incluye los 72 y 73 de la edición USA) y te rompe por completo. Tras acabar la historia de relleno (y nunca mejor dicho) en la que Jason Todd va a Star City a enseñarle no se sabe muy bien qué a Mia Dearden, Judd Winick comienza en la siguiente historia a derruir los pilares sobre los que él mismo ha edificado la serie.
¿Es posible que ya se haya cansado de Oliver Queen como alcalde? ¿Para tan poco le ha dado una idea que se antojaba duradera? ¿Será Jericó (nombre de la saga que empieza) la vuelta de Green Arrow a su status quo habitual? ¿O es que las prisas de los capos de DC por cambiar todo el panorama referente al personaje van a echar por tierra todo el trabajo anterior?
Sí, es la última opción, porque a Green Arrow (la serie) le quedan un par de telediarios, pero se merece un final acorde a lo que ha estado dando durante muchos meses. A ver si Winick logra poner un broche de oro. De momento, mala opción parece la de deshacer el camino andado.