'EVOL 3', Burn, super, burn

Como sabiamente afirma uno de sus protagonistas en un momento álgido a partir de este volumen de ‘Evol‘ «Ya no hay vuelta atrás». Tras los dos primeros tomos, en los que pudimos conocer, aún con muchas lagunas, a protagonistas y antagonistas (el que ha los ha leído sabe que es difícil hablar de villanos, pero aún más de heroes) esta tercera entrega nos conduce al primer enfrentamiento de la saga. Una lucha en un entorno tan aterrador como una fábrica con numerosos compuestos peligrosos en su interior en llamas en el que aunque las reacciones de los miembros de Evol no nos va a proporcionar ninguna sorpresa, la de los considerados salvadores de la ciudad aún se guarda un par de ases en la manga, mostrando los límites de sus métodos de coacción y una de las auténticas causas de su odio por estos adolescentes.

Pero este es solo el aperitivo. El tercer volumen de ‘Evol’ se reinventa una vez más, con un recién nombrado Comisario que promete poner las cosas muy difíciles a más de un personaje y un nuevo flashback que nos permitirá entender un poco más la oscuridad de uno de los protagonistas. Pero sobre todo con un desenlace en el que apreciaremos toda la dimensión del impacto que ha generado en la sociedad, y sobre todo en los adolescentes, los que recientemente eran considerados apenas unos pobres locos.

Este número 3 demuestra por qué este atípico manga presenta una de las historias más originales, especialmente considerando su procedencia, del cómic nipón y porcque engancha tanto al lector ávido de emociones fuertes. Con un dibujo impecable, como lleva demostrando desde su arranque, que brilla en la escena del incendio y una trama que a pesar de darnos datos con cuentagotas mantiene el ritmo ‘Evol’ está destinado a ser un cómic de culto, lejos de los subgéneros del manga habituales y con una historia que en más de una ocasión se antoja conectaría mejor con el lector de cómics americanos que de mangas. Una obra que habiendo casi alcanzado a la edición japonesa nos pone los dientes muy largos, con unas tres últimas páginas que suponen un cliffhanger tan tópico como inesperado. Los días hasta la publicación del cuarto número van a resultar largos y más cuando no tenemos el poder de avanzar el tiempo a voluntad. Habrá que armarse de superpaciencia.