'El exiliado', el crepúsculo de las Nornas

Un hombre que regresa a la granja paterna tras una forzada ausencia. Una viuda cuyas posesiones ansían sus vecinos. Ladrones de madera, sangrientos asedios y por supuesto un gran duelo final ante los ojos de todo el pueblo. Podríamos estar fácilmente ante la sinopsis de un western, si no fuera porque esta historia se ambienta en la Islandia del siglo X. Así es ‘El exiliado’, una oscura historia en la que el regreso de un guerrero no hace sino acelerar la erupción del malsano clima latente en un pequeño pueblo nórdico.

Aun lejos de la epicidad grandilocuente que suele acudir a la mente del lector o espectador cuando la palabra vikingo sale a la palestra a ‘El exiliado’ no le falta ninguno de los ingredientes clásicos de las sagas literarias islandesas. Un relato en el que, aunque no encontraremos violentos ataques en drakkar ni cargas masivas a caballo, no faltan las deudas de sangre, brujas con maleficios hechizos, fantasmas de criptico mensaje o draugr. Todos al servicio de lo que, para sus personajes, hombres y mujeres, intenta ser una huída hacia delante pero puede ser un salto hacia el precipicio.

Más cercana en espíritu a propuestas audiovisuales arriesgadas tan recomendables como ‘Valhalla rising‘ que a otras tan populares como la serie ‘Vikingos‘, ‘El exiliado’ es una trama descarnada que aboga por un estilo lejos del hiperrealismo, con un ligero toque caricaturesco en el diseño de sus personajes (especialmente en el caso de los masculinos) y un especial cuidado en los detalles. Renunciando a los bordes, aunque no a la distribución en viñetas, y abogando por una bicromía en colores planos que suma al blanco y negro tonos azules y rojo, logrando así que sus páginas adquieran un eco casi xilográfico, con tintes de cartel propagandístico (algo que se aprecia especialmente en las páginas de bocetos que cierran el volumen, algo que se agradece y más en una obra tan cuidada como esta, que añade al conjunto un glosario y hasta una bibliografía por si queremos saber más de la época en que se ambienta), ‘El exiliado’ se convierte en una epopeya a pequeña escala con un personal estilo en el que prima la empatía frente a la espectacularidad.

Frente a otros cómics en los que la cultura vikinga se ha fusionado con otros géneros como la ciencia ficción (el clásico ‘Thorgal’) o los superhéroes (por supuesto Thor, aunque recientemente hemos podido disfrutar de las aventuras de Wonder Woman en el Valhalla), ‘El exiliado’ nos lleva, aún sin estar basada en ninguna saga concreta, a la fuente pura y dura. Una historia sobre demonios del pasado, sobre el honor y la muerte. Una historia en la que, mientras el cristianismo empieza a aumentar su peso, los dioses mismos empiezan a perder su voz. Pero una cosa queda clara, por muy fuerte que sea el ser humano y por mucho que se obstine, sólo las Nornas parecen decidir su destino.