‘Dai Dark’, en un osario muy lejano

En otro mundo, en algún lugar de la oscuridad del universo corre una leyenda: aquel que se apodere de los huesos del legendario Zaha Sanko podrá hacer realidad todos sus deseos. Este comienzo podría ser fácilmente el comienzo de cuento, aunque no precisamente para niños, ya que el mentado está muy vivo y antes de alcanzar sus anhelos deberá acabar con la vida de este y extraer la carne de sus huesos. Pero Sanko no es solo un mercenario de tantos, sino que es el portador de tres fabulosos objetos, la piel de la oscuridad, el equipaje de la oscuridad y el hacha de la oscuridad, que le permiten no solo defenderse de todo aquel que desea apoderarse de su esqueleto, sino verse envuelto en más de un asunto turbio destinado a mejorar sus finanzas, con algo de mercenario y algo de ladrón. Claro que bajo esta siniestra fachada se oculta un adolescente comilón (bueno en el caso del manga esto no es un punto muy original), obsesionado con los bocadillos de espaguetis con albóndigas, y bastante atolondrado. Este contraste entre envoltorio o contenido supone un buen caldo de cultivo para una buena historia de aventuras…claro que siguiendo el espíritu siniestro al que nos tiene acostumbrados la creadora de ‘Dorohedoro‘.

Sin ser una historia de ciencia ficción al uso ‘Dai dark‘ tiene todos los ingredientes de una buena space opera, desde un héroe con más potra que luces, un simpático (y robaescenas) secundario como es Avakian, el esqueleto-maleta con inesperados poderes o ese dios de la muerte de gran ego que, aunque todavía no sepamos si es amigo o enemigo, esconde un inesperado secreto tras su máscara. A ellos por supuesto hay que sumar todo esa caterva de secundarios como esa suerte de piratas a los que se enfrenta el protagonista en la primera aventura, incluyendo uno con tres cabezas, niños manipuladores de materia, seres con un cubo por testa o esa buhonera compradora de restos humanos que parece llamada a ser una constante en esta saga. Pero para rematar esto se une a todo un imaginario más propio del género de terror, rico en materias óseas y fluidos de diversa índole, pero que no resulta tan siniestro como pudiera esperarse, en un cómic en el que además de la aventura el sentido del humor es esencial, con un toque de slapstick y más de una pincelada de humor absurdo, quitando hierro a una trama mas ligera que lo que en un principio podría intuirse.

Con seis volúmenes ya publicados en Japón ‘Dai dark’ es un manga de contrastes. Una obra con elementos siniestros que no incita terror, una trama con aroma de ciencia ficción en el que la ciencia palidece en favor de la magia… no resulta sencillo adjudicar un género a un título con personajes carismáticos pero que, al menos en este primer volumen, resulta casi episódico, pero que plantea las dudas necesarias como para picar el interés de un lector que no puede evitar percatarse de que la trama se está calentando y que parece conducirle a terrenos mas épicos. Con un espíritu muy clásico en plena tradición del viaje del héroe el otaku encontrará entre sus páginas una base que no deja de resultarle familiar, pero que encuentra en su ambientación y mezcla de géneros ese punto de originalidad que beneficia con creces el resultado. Presentado en un cuidado volumen, con una sobrecubierta transparente que oculta una simpática sorpresa y páginas a color ‘Dai dark’ es una obra que, sin sorprender en exceso, consigue presentarnos una trama tan ágil como entretenida. Un viaje a un mundo de fantasía rabiosamente personal que, aunque resulta notablemente más oscuro que aquellos a los que nos ha acostumbrado el manga, fluye de un modo tan natural que consigue absorber a un lector que se enfrenta a una trama cuya evolución resulta incierta. ‘Dai dark’ es un manga de buen arranque, pero que presagia mucho más, como el resultado de un bien deseo. Aunque esperemos que sin necesidad de destripar a nadie.