Como quiera que ya hablaremos de él largo y tendido el próximo mes cuando desmenucemos los pormenores que hacen de ‘Extremis’ una de las mejores historias que jamás haya publicado Marvel sobre Iron Man —¿acaso la mejor?—, no me extenderé sobre el trabajo de Warren Ellis y Adi Granov más que lo estrictamente necesario. Y lo estrictamente necesario en este caso es apuntar que el entramado que Ellis montaba alrededor del compuesto capaz de mejorar a los seres humanos que después veríamos integrado en el guión que Shane Black escribiría para ‘Iron Man 3’, es punto de partida para lo que Kieron Gillen plantea con esta su incursión en la biografía aviñetada de Tony Stark.
Una incursión que, tras los compases iniciales —los cinco primeros números de la cabecera en versión «Now!»—, en los que el guionista enfrenta al hombre de hojalata de Marvel con enemigos de lo más variopinto —como esas armaduras con nombres de héroes de las leyendas artúricas o el grupo de féminas que parecen salidas, palabras de Gillen, de un capítulo cualquiera de las obras de Lovecraft—, se sale por la tangente y se lleva al icónico héroe al otro extremo de la galaxia, construyendo el escritor alrededor de tan disparatada decisión por parte de Stark una serie de acontecimientos que pasan por que Tony sea juzgado por la muerte de Fénix, se enfrente a Death Head o, tenga que asistir a una muy curiosa revelación acerca de su pasado —de su génesis, más bien— que Gillen se saca de la chistera con la mera intención de epatar al lector.
Considerando, en mi modesta opinión, que se queda lejos de conseguirlo —y ya no hablemos de lo mucho que todo será tapado y olvidado por la etapa de Bendis al frente del personaje—, lo que Gillen levanta en este volumen termina sintiéndose como un quiero y no puedo perpetuo en el que el guionista no consigue tomarle el pulso ni a su protagonista ni a lo que quiere contar, quedando la sensación última de haberse aproximado a un conjunto muy deslavazado que sólo encuentra un atisbo de coherencia en Greg Land…mientras que éste se encarga del dibujo, claro. De coherencia, que no de genio, puesto que lo hierático de las formas narrativas del artista, que descansan demasiado en referencias fotográficas, no consiguen despertar nuestro interés, y sólo es la providencial inclusión de Dale Eaglesham en la fórmula la que termina por suscitar, aunque sea de forma tardía, cierta curiosidad que, desafortunadamente, no es suficiente ni para valorar con algo más de un escueto «bien» a la lectura ni para que esperemos con cierta ansiedad su resolución.
Iron Man de Kieron Gillen. Demonios y genios
- Autores: Kieron Gillen, Greg Land y Dale Eaglesham
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 201 páginas
- Precio: 25,65 euros en