'Autarca', las aceitunas de la ira

«Los españoles no necesitan drogarse para alucinar. Alucinan de forma natural». La frase no es mía, y aunque hace años la leí, en una historieta de Joan March si no recuerdo mal (aunque con lo que ha llovido puedo llevarme a engaño), la verdad sigue siendo tan cierta como en aquel entonces. Para muestra un botón y este puede ser perfectamente ‘Autarca‘, una historieta de corte realista que nos presenta esa cara conocida de la crisis, o mejor debería decir las crisis, de corte social y sobre todo económico que nos afectan cada día, que arrancaron hace años pero en realidad nunca se fueron.

‘Autarca’ es puro cómic protesta. La exposición de problemas que nos afectan a todos: de los recortes de la sanidad pública, de los gastos y sacrificios que supone ser autónomo, de los problemas que hay para lograr una vivienda digna. Con un estilo caricaturesco que podría en inicio pensar más en una historieta cómica que en una como esta que supone un auténtico mazazo, sin alivio en forma de humor negro, esta obra divaga entre la realidad pura y dura y el surrealismo, perro parlante mediante. Su trama pivota entre visitas al abogado o a la biblioteca, reuniones en la asamblea y conversaciones con la pareja. Sin presentar una historia de acuerdo a los cánones clásicos (no encontraremos introducción, nudo y desenlace propiamente dichos, aunque sí un epílogo años después), articulado en torno a una serie de anécdotas y diálogos este cómic abre las puertas del debate, pero no nos presenta nada extraño ni desconocido.

Un cómic por desgracia necesario pero que ni se permite aportar soluciones (algo que por otro lado sería poco realista), mostrando más bien las consecuencias que podría acarrear el tratar de encontrarlas, ni deja muchos resquicios a la esperanza a corto plazo. ‘Autarca’ resulta descorazonador. Un cómic sobre sueños, pero sobre sueños rotos que, por mucho que podamos estar de acuerdo con que lo que aqueja a sus personajes es injusto, se nos puede antojar hasta panfletario, como una mera sucesión de ideas, sin profundizar en los personajes más allá de sus problemas cotidianos y apenas presentando matices paralelos aparte del consuelo y enseñanza que el protagonista encuentra en los escritores clásicos. ‘Autarca’ es simplemente la denuncia del día a día…de que en el fondo la vida sigue igual.