No creo que haya sido casualidad que, en su ambicioso plan de publicaciones de Aftershock para este año, Planeta decidiera que los volúmenes correspondientes a julio y agosto, los que hoy ocupan nuestro tiempo, tuvieran como denominador común el tratarse de fantasías de corte medieval que nos acercan, eso sí, en modos muy diferentes, a un par de instantes históricos para, bien inventar una historia imposible entroncada en la «tradición» de los muertos vivientes y enclavada en los tiempos en que Europa estaba siendo asolada por la peste negra, bien re-imaginar una de las leyendas de mayor predicamento en el imaginario de occidente.
Y como por alguna de ellas hemos de comenzar, hagámoslo por ‘Pestilence’, un trabajo espléndido firmado por Frank Tieri y Olek Okunev que, en la mejor estela de la recientemente finalizada ‘The Walking Dead’, nos lleva a las Cruzadas, a finales del siglo XIV, para presentarnos a los miembros del Fiat Lux, una organización de «agentes secretos» de la Iglesia a los que se encomienda salvaguardar la vida del Papa. Lo que ellos no pueden imaginar es que dicha misión terminará por desvelar el secreto detrás de los muertos vivientes que asolan el viejo mundo a su paso, convirtiendo a todo el que se cruza en su camino en un peón más de su letal ejército.
Dos son las cualidades que más me han convencido de ‘Pestilence’. Una, el dibujo de Okunev que, con un parecido nada desdeñable al trazo de Humberto Ramos, no se deja llevar de manera tan ostensible por las exageraciones anatómicas de éste, y controla más a sus personajes insertándolos en una narrativa clara y concisa. Bien es cierto que le haría falta trabajar más unos fondos que en no pocas ocasiones se limitan a manchas degradadas de color, pero también que dicha decisión podría ser justificable para no distraer la atención del lector en esos instantes en los que, normalmente, la historia ha dado paso a la acción más visceral. La otra, que a la hora de caracterizar a los zombis, Tieri se aparte de los descerebrados más usuales del sub-género y añada ciertas características a los mismos que los conviertan en seres aún más letales, dando como resultado un primer arco argumental estupendo que se lee en un abrir y cerrar de ojos.
Esa misma ventaja la atesora lo que Cullen Bunn —otro de esos guionistas que, como Jeff Lemire, está en todas partes— cuaja en ‘Unholy Grail’, una suerte de actualización de las leyendas artúricas que parte, al igual que ‘Pestilence’ de un ¿y si?: si en el caso de la anterior cabecera dicha suposición iba encaminada a sustituir a una plaga que asoló el viejo continente por muertos vivientes, en lo que al trabajo de Bunn concierne, lo que postula el escritor de la magnífica ‘Harrow County’ es qué hubiera pasado si, en los mitos que rodean al rey Arturo, Merlín, al que siempre se ha conocido como hijo del diablo, fuera, realmente, un demonio con un plan propio que no pasa, precisamente, por llevar la paz a Inglaterra.
Perfectamente cosido en los entresijos más usuales de la historia que Sir Thomas Mallory recogió en ‘La muerte de Arturo’ —y cito ésta, y no otras, por ser el referente de mayor influencia en la forma en la que hoy entendemos la figura del regente—, los desvíos que Bunn va tomando aquí y allá a partir de ese giro inicial no hacen sino reafirmar la impresión personal de que el guionista es uno de los más hábiles artistas con que cuenta actualmente la industria yanqui del cómic: aquí y allá, con mucho tino, Bunn se va separando del citado texto clásico —o cualquiera de sus innumerables versiones y adaptaciones posteriores— para introducir cambios en el protagonismo de la dama del lago, de dónde surge realmente Morgana o cómo cae Camelot.
Arropadas dichas ideas por el personal estilo de Mirko Colak, un artista al que cabría interponer la misma falla que a Okunev —su vagueza a la hora de trabajar los fondos de las viñetas—, el conjunto final de ‘Unholy Grail’ se mide a la par que ‘Pestilence’ como una de las mejores series que, hasta el momento, ha puesto en pie Aftershock. Es más, sólo un pequeño y muy reducido grupo se adelanta a ambas cabeceras para ponerse en primera línea de fuego. Por ahora no hemos hablado de ninguna de ellas pero, tranquilos, que ya llegarán.
Pestilence v.1
- Autores: Frank Tieri y Oleg Okunev
- Editorial: Planeta Cómic
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 160 páginas
- Precio: 14,20 euros en
Unholy Grail v.1
- Autores: Cullen Bunn y Mirko Colak
- Editorial: Planeta Cómic
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 144 páginas
- Precio: 14,20 euros en