‘Los hermanos Dracul: La sangre del dragón’, en casa del vampiro…estaca de palo

Por mucho que algún estudioso incida en que se trata de una figura histórica, y por tontos que se pongan los fans de ‘Crepúsculo‘, esto del vampirismo tiene un nombre: Drácula. Vlad «Tepes» Draculea también conocido como Vlad III, es quizás uno de los personajes reales que más ficciones terroríficas ha inspirado, con permiso de figuras como Jack el destripador, pero ‘Los hermanos Dracul‘ deja la identificación de El Empalador con el vampiro para optar por un ingenioso What if?, en la linea de otros tomos publicados por la línea Aftershock de Planeta Cómic como ‘Mary Shelley Monster Hunter‘.

‘Los hermanos Dracul‘ arranca de un Drácula (permítanme la licencia en el nombre) ya convertido en el noble capaz de aterrorizar a sus enemigos con sus expeditivos métodos. Ante la visita de su hermano Radu, sorprendido al descubrir el monstruo en que se ha convertido, la historia retrocede a la adolescencia de estos para contarnos qué paso durante el periodo en que ambos fueron rehenes del poderoso imperio otomano. Un hecho real que da pie a un giro tan alocado como es que, durante este periodo, Vlad y Radu empiezan a recibir un entrenamiento cuyo objetivo es convertirse en asesinos de vampiros. Algo que aquí opta por adquirir un tono menos humorístico del que más de uno podría sospechar (aunque tampoco es tan raro: por ahí andan esa novela y su correspondiente adaptación cinematográfica llamadas ‘Abraham Lincoln: cazador de vampiros‘…será por ser tocayo de Van Helsing) para conducirnos por una sucesión de escaramuzas con mal desenlace para los chupasangres. Pero a pesar de un dibujo cuidado y ese punto interesante que aporta tanto  la relación entre ellos como la de Radu con su mentor o la de Vlad con otra prisionera este tomo abre más el apetito que satisface el paladar, dejando la puerta abierta con un ‘fin’ entre interrogaciones y más dudas de las que teníamos al pasar la primera página.

Aftershock nos presenta, como en previas ocasiones, una premisa llamativa y el trabajo de dos autores eficaces, Cullen Bunn y Mirko Colak, que amén de ser ya viejos conocidos de la casa se han sabido manejar en géneros tan populares como el superheróico. Pero la sensación que deja este recopilatorio, que comprende el primer arco argumental, es la de un prólogo alargado de una trama que promete mucho. Solo queda esperar que la cosa se anime en una hipotética segunda parte que nos revele por fin la causa de la animosidad entre los hermanos, algo a lo que da sal la pequeña sorpresa de la última página. Francamente, ‘Los hermanos Dracul’ nos deja con los dientes largos.