Ahora que «Marvel Saga Spiderman» ha alcanzado la tan comentada etapa en la que el guionista Dan Slott hizo y deshizo a su antojo, toca el turno de recuperar algún que otro producto relacionado con aquellos días, ya saben, recuerden a Otto Octavius y cierta suplantación que dio mucho que hablar en su momento, por no mencionar la cantidad de amigos que hizo el bueno de Slott con este tipo de decisiones. Pues si todo esto no fuera suficiente llega Nick Spencer y nos “cuela” como quien no quiere la cosa una de las series más divertidas y locas de cuantas han surgido en los últimos años de La Casa de las Ideas. Panini, que siempre está ojo avizor con este tipo de cosas, nos la entrega en su totalidad en este estupendo ‘100% Marvel Los Enemigos Superiores de Spiderman’, un volumen que se sale un poco de la norma establecida por el género de superhéroes y que nos hará pasar un rato de lo más entretenido.
Spencer, desde el principio, sabe muy bien lo que quiere contar y, para ello, se saca de la manga una historia en la que los protagonistas principales son un grupo de villanos de segunda que, no nos vamos a engañar, dan bastante penita. No se crean que estamos ante un peligroso grupo de malhechores, para nada, imagínense a Los Seis Siniestros pero en una versión bastante más absurda e incompetente y, ni por esas, se acercarán al desastre que supone estos Superiores Enemigos. La profesionalidad de las fechorías brilla por su ausencia en la formación compuesta por Búmerang, Turbo, Demonio Veloz, Escarabajo y El Conmocionador. Una cabecera que recuerda a otras que aparecieron por entonces (“Ojo de Halcón”, “Spider-Woman”), series que llamaron la atención de todos por su novedoso planteamiento y lo “fresco” de sus tramas.
La premisa de partida no es demasiado complicada: Fred Myers, el nombre tras la máscara de Búmerang, ha decidido montar una nueva banda. Recluta a los miembros citados un poco más arriba y es cuando empieza el espectáculo: pierden a uno de ellos en el primer envite contra el Spiderman Superior, su líder acaba en la cárcel, problemas con la libertad condicional de algunos de ellos, deudas pendientes y amores imposibles. Y no podemos dejar de lado genialidades como las obligadas sesiones de terapia en “Supervillanos Anónimos”, todo un espectáculo del buen gusto y el humor de risa floja. Nadie puede negar el mérito que tiene hacer una serie como esta ya que trasladar todo ese tono de parodia y disparate no es algo fácil, cosa que Nick Spencer logra casi sin despeinarse. Ayuda también la labor del dibujante, un Steve Lieber inconmensurable que aporta un tono simpático y agradable en cada una de las páginas que dibuja, plasmando a la panda de “malvados” de la forma más entrañable que puede. Incluso el par de números (de los diecisiete que componen la colección) firmados por James Asmus y Elliot Kallan son bastante reseñables, nada de considerarlos “relleno” puesto que tienen sus momentos de importancia en la trama principal. Parece mentira que un producto como este, sin pretensiones ni grandilocuencias baratas, haya conseguido encandilar a todo el mundo que le ha dado una oportunidad, siendo un entretenimiento mayúsculo, de gran calidad y todo un referente en aquel “All New Marvel Now”.
[Grade — 9,00]