Desde hace un tiempo, Dolmen está apostando por el manga a través de obras de calidad. Sus publicaciones dentro del género son pocas pero selectas, y hasta el momento hemos podido leer obras como Los carruajes de Bradherley, Only Yesterday y Meteoro. A estas tres hay que sumar Bajo el aire, una recopilación de historias cortas de Osamu Tezuka que fueron publicadas originalmente en Japón entre 1971 y 1972.
Estas historias abordan diferentes temáticas con una extensión aproximada de 20 páginas. A pesar de su variedad, podemos encontrar entre ellas varias similitudes. Para empezar, el tono reflexivo y crítico que Tezuka ha imprimido siempre en todas sus obras. Y es que este autor no se caracteriza por crear meros divertimentos, sino que busca despertar la conciencia de sus lectores a través de las historias que viven sus personajes.
Estas vivencias suelen enmarcarse dentro de acontecimientos importantes de la historia reciente del mundo, como la 2ª Guerra Mundial o las revueltas estudiantiles en Japón en los años 60. Con este recurso, el autor consigue potenciar su mensaje y la verosimilitud de sus relatos. Por último, y esto es lo más destacado de este volumen, todas las historias terminan con un regusto amargo, triste y pesimista, que no da pie a la esperanza de que el mundo o el ser humano vayan a cambiar algún día.
Al igual que ocurre en otros mangas de Tezuka como Ayako y Oda a Kirihito, las páginas de Bajo el aire nos llevan de viaje por los rincones más oscuros de la mente humana. Los complejos personajes que aparecen en ellas representan al mismo tiempo los polos opuestos del bien y del mal, con la ambigüedad característica de nuestra naturaleza.
A pesar de la dureza de estas historias, la lectura es entretenida y agradable, especialmente porque tratan géneros de lo más diverso, desde la ci-fi distópica (Nuestro mundo) hasta el terror (La sangre del gato), pasando por el espionaje (El camaleón), el género bélico (La ejecución terminó a las tres) e incluso el western (Duelo en Grand Mesa).
Bajo el aire es una obra muy recomendable por su calidad gráfica y narrativa. Pero si además tenemos en cuenta que la edición de Dolmen es muy asequible (332 páginas por 8.95 euros), dejarla pasar es poco menos que un crimen.
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