‘Ultimate Spiderman 5. Los seis siniestros’, épica

El limitado tiempo que atesoro para poder sentarme tranquilo a leer el cómic/libro de turno lleva impidiendo de manera sistemática desde hace años que pueda acceder al muy esquivo placer de la relectura: ahora mismo, sin ir más lejos, si girara la mirada hacia la derecha, a la zona en la que suelo almacenar el material que terminará apareciendo por aquí, me daría de bruces con una realidad algo contundente, la que constituyen la treintena de volúmenes que, inquietos, se revuelven en un par de módulos de las Kallax del estudio a la espera de ser leídos y reseñados. Huelga decir que ante tal perspectiva, poder dedicarme al bello arte de revisar alguno de los casi dos mil volúmenes que hoy por hoy conforman mi tebeoteca es poco menos que imposible. Es por ello que cada vez que Panini pone en mis manos un nuevo integral de ‘Ultimate Spiderman‘, no quepo en mi de gozo, quizás porque es uno de esos pocos instantes anuales que tengo para revisar una lectura que, con esta instancia, es la tercera vez que devoro; acaso porque, a esa circunstancia, se une el que esta nueva vuelta al arácnido de Brian Michael Bendis está volviendo a dejar muy claro, como ya he dicho en incontables ocasiones, cuál es la mejor versión del trepamuros que se ha paseado por la Casa de las Ideas.

Sí, es indudable, como comenta Julián Clemente en su siempre imprescindible prólogo, que la inclusión aquí de ese personaje extraño y ambiguo que fue Geldoff no fue una de las decisiones más aplaudidas de la estancia del guionista a bordo de la versión Ultimate de la dupla Peter Parker/Spiderman. Pero incluso asumiendo que así fuera —servidor nunca se unió a la corriente de opinión que rechazo de pleno a tan curioso carácter— de lo que estaríamos hablando es de una, ¡UNA!, decisión cuestionable dentro del océano inagotable de grandes cualidades que atesora ‘Ultimate Spiderman’; que aquí, en este quinto volumen integral, encuentran sin lugar a dudas varios puntos álgidos entre los que destacaría dos: la nueva vuelta que Bendis da a la relación de Peter y Mary Jane, y la desbocada épica que envuelve a la miniserie de siete números en la que el escritor se calzó los zapatos de su colega Mark Millar y nos dio a los lectores la oportunidad de pasarlo bomba con el cruce de Spiderman con los Ultimates.

Lo que se desarrolla en las espectaculares páginas dibujadas por un Trevor Hairsine que ya aquí da muestras de querer desprenderse del pesado lastre de «clon de Bryan Hitch» —algo que, con el tiempo, ha logrado con golpes de autoridad como las tres miniseries de ‘Divinity’ para Valiant o, más recientemente, con la magnífica ‘DCeased’—, es de un calibre fabuloso que nada tiene que envidiarle a la versión de los Vengadores que, a día de hoy, sigue imbatible como lo mejor que ha conocido el grupo de superhéroes en papel. Unido a una primera mitad en la que Bendis y Mark Bagley exploran, entre otras cosas, la aparición de los mutantes en las páginas de la colección, no podemos dejar de insistir en el claro mensaje que terminamos enarbolando de manera sistemática cada vez que tenemos ocasión de hablar de ‘Ultimate Spiderman’: si no lo habéis hecho ya, vencidos por nuestra insistencia, haceos un favor y —os guste o no el personaje— acercaos a tan maravillosa cabecera. Os garantizamos que nunca encontraréis otro amistoso vecino como el que Bendis conjuró aquí. ‘Nuff Said!!!!