La idea era, me perdonen la expresión, cojonuda: coger a los personajes más relevantes del Universo Marvel y, con vistas a atraer a nuevos lectores que no quisieran verse sometidos al pesado y voluminoso lastre de la continuidad, arrancar desde cero con colecciones en las que aquéllos fueran actualizados a los tiempos que corrían. Maniobra comercial evidente —una de tantas que la Casa de las Ideas se ha sacado de la chistera a lo largo de las décadas—, no dejaba de ser ciertamente excitante como lector, el asistir al parto de todo un nuevo cosmos, íntimamente ligado a la gestación del original pero, a su vez, completamente escindido del mismo en el que los autores pudieran tener completa libertad para hacer lo que les viniera en gana con Spiderman, los Vengadores o los mutantes sin verse atados al consabido status quo.
De acuerdo, tenía un claro problema de partida: si se quería ignorar la continuidad y se estaba abriendo una nueva continuidad, ¿cuánto tiempo pasaría antes de que ésta se sintiera por los lectores como la original? Pero en la orgiástica celebración de la ignorancia ante tal hecho que fue el parto del Universo Ultimate, no había en las mentes pensantes de Bill Jemas o Joe Quesada lugar para tales disquisiciones y sí para la emoción que embargó a aquellos artistas que fueron pioneros en la gestación de un experimento que se prolongaría durante tres largos lustros a través de más de cincuenta cabeceras.
Con muchas de ellas estructuradas en formato de miniseries que se movían entre lo entretenido en términos escuetos y lo directamente olvidable —y aquí siempre hay que sacar a colación a ‘Ultimate Daredevil & Elektra’—, es en el núcleo central que conformarán el cuarteto de las versiones «ultimatizadas» de Peter Parker; Capitán América, Iron Man y el resto de Vengadores; los hombres y mujeres X y la primera familia Marvel, donde podrán verse, de manera constante, o a intervalos, las mejores ideas que tuvieron como adalides a Brian Michael Bendis y Mark Millar en el proceso de reimaginación y actualización de los personajes de siempre.
Largo y extenso sería este artículo si ahora comenzáramos a dar cuenta de las mayores virtudes que atesoraron de manera puntual ‘Ultimate X-Men’ o ‘Ultimate Fantastic Four’ o si hubiéramos de extendernos, como sería necesario, para atender a la enorme influencia que adquirieron los ‘Ultimates’ en el discurrir de Marvel —así, en general y no precisamente en la división de cómics del gigante empresarial—. Pero como tampoco es cuestión de aburriros con cuestiones que, por otra parte, son por todos conocidas; ajustémonos al material que nos ocupa y comencemos a analizar la que, sin lugar a dudas, fue la MEJOR colección del Universo Ultimate y, a la postre, se alza —al menos a criterio de este redactor— como la visión definitiva de Peter Parker y su arácnido alter-ego.
Bajo la máxima de ofrecer al público historias que emocionaran con personajes con los que pudieran sentirse identificados que, en uno u otro caso, no fueran meras reimplementaciones de esquemas o argumentos del pasado del trepamuros, Brian Michael Bendis conjura en ‘Ultimate Spiderman’, cual alquimista, los ingredientes justos y necesarios para hacer de la serie, en este su arranque, una bestia tan diferente como familiar, aludiendo así, no sólo a esos nuevos lectores a los que se pretendía captar, sino a aquellos que llevábamos gran parte de nuestra vida acercándonos a la existencia del microcosmos que rodea a Peter Parker.
Libre pues tanto de ataduras como de las típicas presiones asociadas a tener que demostrar que puede hacer un trabajo mejor que el guionista que le precedió, Bendis cocina los primeros compases de ‘Ultimate Spiderman’ a fuego lento y con sumo esmero. Un esmero que se deja ver en el ritmo que sobrevuela por todo el transcurso de este primer año de la colección que recoge Panini en una nueva edición de la cabecera destinada a coleccionistas recalcitrantes —y sí,yo lo soy, ¿algo que objetar?—, un ritmo pausado y sin pausa, fluido y eficaz como pocos, que nunca tiene prisa por introducir a tal o cual personaje, que tampoco se apresura en introducir el catalizador fundamental en la existencia de Peter —y no nos referimos a la mordedura de la araña, cosa que pasa en el primer número de la serie— y que demuestra, en una época en la que ya todo comenzaba a transcurrir a la velocidad del rayo, que todo sabe mejor contado con calma.
Cuidado, que esa cualidad no os lleve a engaño, que una cosa es que el ritmo sea pausado y otra que en ‘Ultimate Spiderman’ no paren de sucederse los acontecimientos. Vamos, que tan sólo en este volumen que hoy nos ocupa tenemos muchísimo donde elegir, segundo de los atributos que hace de esta serie una experiencia tan gratificante: su variedad. Hay en el hacer de Bendis lugar para el amplio abanico que separa a la exposición de tramas de las inevitables secuencias de acción: con preeminencia de las primeras sobre las segundas, lo ajustado de la aparición de éstas últimas es lo que, en parte, consigue aportar ese sincopado ritmo que tan bien caracteriza al conjunto y que, en última instancia, atendamos con el mismo interés a una conversación entre Mary Jane y Peter como, a la página siguiente, lo hacemos al enfrentamiento de éste con alguno de sus archienemigos.
Y ahí tendríamos la tercera y mejor característica de la serie: su pasmosa naturalidad. Echando mano de esa capacidad que siempre ha tenido para escribir diálogos que parecen salidos de la calle —algo que comparte con Mark Millar— Bendis conquista al lector con la cercanía y tridimensionalidad de sus personajes y de las situaciones en las que los pone. Añadiendo a ello todo un mundo de referencias más o menos evidentes, más o menos ocultas, a la cultura pop —ese guiño temprano a ‘Todo en un día’ es suficiente para ganarse la eterna simpatía de cualquiera que se criara durante los ochenta— lo refrescante y vivaraz de ‘Ultimate Spiderman’ es algo que también contagia el trabajo del veterano Mark Bagley, que sin ser nada del otro mundo aporta, con lo grácil y sencillo de su estilo, el último ingrediente en la confección del refrescante plato que es la cabecera.
Podríamos seguir arañando la superficie de una serie que durante toda su trayectoria rayará a niveles sobresalientes, pero aún queda mucho por recorrer. Un «mucho» que iremos descubriendo en ulteriores entregas de estos atractivos recopilatorios de mayor tamaño —equivalentes a los Omnibus yanquis— llamados a ser una de las joyas de cualquier tebeoteca en la que terminen reposando. Por ahora, quede claro un mensaje que repetiremos hasta la saciedad: si nunca has leído Spider-man, este es el vehículo idóneo para empezar a hacerlo. Si lo leíste alguna vez en el pasado y lo dejaste por cansancio, este es el vehículo idóneo para retomar al personaje con renovadas energías. Estés en la situación que estés, está muy claro, ¡tienes que leer ‘Ultimate Spiderman’!…‘Nuff Said!!!
Ultimate Spiderman 1. Origen
- Autores: Brian Michael Bendis & Mark Bagley
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 136 páginas
- Precio: 14,25 euros en