Hay dos formas de leer Un día más, la saga más polémica de los últimos años de Spiderman, que acaba de ser editada en España por Panini. Una es conociendo al personaje y otras es llegando nuevo o fingiendo que sólo te interesa la historia contenida en este tomo. Se supone que, según elijas una u otra forma de leerla, tu opinión sobre el tebeo va a cambiar. Falso.
Esa afirmación es mentira porque Un día más, se mire por donde se mire, acaba siendo un estropicio en toda regla. Venga, pongámonos en la situación más difícil: la de que no hayas leído nada de Spiderman y sólo tengas este tebeo entre tus manos porque alguien te lo ha recomendado. Pues lo que te encuentras es una típica historia de culpa y redención con uno de los finales más absurdos de la historia. Si eres un buen lector y no dejas nada en el tintero, en la penúltima página, Julian Clemente te dice que J. Michael Straczynski, guionista del asunto, tenía preparado algo distinto que, finalmente, los jefazos de Marvel no quisieron hacer.
Así que de la reescritura apresurada del guión queda un final incomprensible, con el Deus ex Machina más sangrante de los últimos tiempos. Vale, eso si no eres seguidor del personaje, pero ¿y si lo eres?
Atención: spoilers.
Pues si lo eres, al final del tebeo te quedas o con cara de tonto o con ganas de matar a alguien, depende de si eres un tipo pacífico o uno con ganas de marcha. Porque, al final de Un día más, por arte de magia (literal, Joe Quesada lo explicó así) años y años de historias de Spiderman se van al garete. Con la misma facilidad que si ahora voy yo al retrete, echo mis tebeos del hombre araña al agua y tiro de la cadena. Bueno, no, con más facilidad aún, porque yo atascaría el desagüe y la iba a liar gorda.
Quesada, editor en jefe de Marvel, también la lía en este cómic. Lleva haciendo y deshaciendo mucho tiempo, pero nunca se había atrevido a algo así. Mefisto, por orden de Quesada, vuelve a Spiderman al comienzo de los años 80. Sin más explicación. Sin, desde luego, ningún interés por mantener una coherencia.
Y lo que es más, Quesada nos trata por idiotas. En la entrevista incluida a final del tomo, el lumbreras asegura:
Es muy fácil descasar a un personaje o arreglar algo así: simplemente haces un gran reinicio universal y dices que algunos sucesos de la historia no han ocurrido, pero así no es como trabajamos en Marvel.
¿Qué? ¡Pero si precisamente eso es lo que hace Un día más. Quesada, que dispara contra la labor habitual de DC (en Crisis en Tierras Infinitas empezó de cero todo su universo), olvida que detrás de aquella maniobra hubo una historia absolutamente coherente, fantástica, clásica en todsos los sentidos. Y que, encima de divertir, sirvió para arreglar un grave problema editorial. Un día más, no. Un día más lo que hace es plegarse a los caprichos de un jefe que no respeta a sus lectores. ¿En serio no se podían sacar más historias de interés del Spiderman casado con Mary Jane?
Lo peor de todo, lo veremos en breve, es que este final no lleva a ninguna parte. Que sus propios creadores no tienen ni idea de qué hacer con él, de a dónde ir. Y que acabará siendo como si nada de esto ha pasado. Con perdón: ¡Y una mierda! Todo esto ha pasado. todo esto es la peor idea que se ha tenido en mucho tiempo en la historia del cómic.
Mi consejo: no os compréis el tomo de Panini, por mucho que la editorial (que sabe el percal) venda 144 páginas a 6 euros. Por mucho que en el epílogo Stan Lee aparezca echando flores a los responsables del desaguisado. Llamar basura a todo lo que vende este tebeo es insultar a la pobre basura.
1 comentario en «Spiderman: Un día más, menudo estropicio»
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