Fiel en su empeño por publicar tebeos que no verían la luz de otra forma, y bajo unas señas de identidad que cada vez resultan más reconocibles, es incuestionable que los aficionados al cómic tenemos que estar muy agradecidos a que en nuestro país existan ideas como Spaceman Project, una plataforma de crowdfunding de cómics que, única en el mundillo —al menos hasta donde sabemos, claro, que portales de micromecenazgo hay a patadas, pero dedicados en exclusiva al noveno arte no conocemos ninguno— lleva ya a sus espaldas un catálogo muy nutrido del que forman parte títulos imprescindibles como ‘Brigada‘, ‘Máculas’ o ‘Nima‘. Y mientras los que seguimos la plataforma esperamos como agua de mayo ese postergado ‘Alice‘ de Pasqual Ferry —al que deseamos toda la salud del mundo para este 2022—, el ‘Salitre‘ de Jorge González o el recientemente confirmado ‘Limbo Hotel‘ de Enrique Fernández, ya podemos disfrutar de ‘Sorunne‘, una creación de Diego G. Reinfeld y Guille Rancel que, visualmente, nos ha enamorado hasta el tuétano.
Y es que, desde que empiezan hasta que terminan, las 112 planchas que conforman esta historia de fantasía, son un dechado de belleza plástica sobrecogedora que nos presentan a un Guille Rancel del que queremos más y lo queremos YA. Su estilo, claramente deudor del mundo de la animación en el que se ha forjado, queda puesto en valor por tres factores fundamentales: el magnífico diseño de personajes —la portada es ya un sucinto indicativo de por dónde discurren los derroteros en este sentido—, la extrema fluidez narrativa y, sobre todo, un colorido que, una y otra vez, se las apaña para hacernos desencajar la mandíbula. La conjunción de estos tres valores hace de cada página de ‘Sorunne’, como decimos, un hecho visual asombroso, y no debería extrañar al lector que a ellas se acerque, bien permanecer más tiempo de la cuenta contemplándolas, bien ver surgir la necesidad imperiosa de volver a ellas toda vez se ha llegado al final de la lectura.
Una lectura que, si a la historia hemos de atender, nos lleva a un mundo controlado por unas estrictas reglas religiosas que el protagonista, un trasunto de Hellboy —a saber si hay homenaje nada velado o no en la fisionomía del héroe—, no tardará en ir quebrando una tras otra en un viaje del héroe que, bebiendo de muchas fuentes, se las apaña para discurrir con cierta soltura por la fina línea que separa los tropos y arquetipos trillados del género de fantasía y aventuras de la plena originalidad. Ahí, en medio, se mueve Diego G. Reinfeld con un relato que avanza decidido, que no deja respiro al lector y que, además, termina con un potencial continuará de esos que uno no se espera y que, en cierto modo, nos deja el ánimo con la incógnita del si habrá o no segunda parte. De no estar entre los planes de los artistas, ‘Sorunne’ quedará como el rico planteamiento de un mundo por explorar que no llegó a más. De ser así —y esperamos que así sea— aquí estaremos para dar cuenta de lo que tenga que ofrecernos.
Sorunne
- Autores: Diego G. Reinfeld y Guille Rancel
- Editorial: Spaceman Project
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 112 páginas
- Precio: 21,85 euros