Si tuviera que dejarme llevar por los prejuicios —con fundamento o sin él— a la hora de aproximarme a una lectura en concreto es probable que, con la cantidad de títulos que leo al cabo del año que no son de mi devoción, dejara de lado otros tantos por venir firmados por tal o cuál autores que, en el pasado, hubieran sido artífices de alguna de esas muchas lecturas cuyas sensaciones pueden resumirse con un simple «meh». Si así lo hiciera, no habría tenido ninguna duda en obviar ‘Sarah’, el integral de los tres álbumes homónimos que, publicado por Yermo el pasado mes de noviembre, recogía la historia de terror cocinada a fuego lento entre 2008 y 2013 por Christophe Bec y Stefano Raffaele. ¿Que por qué habría rechazado adentrarme en los oscuros recovecos que aquí nos proponen Bec y Raffaele? Muy sencillo, porque hasta el momento sólo uno de los tebeos guionizados por Bec ha logrado sobrevivir, no ya a las impresiones que servidor pudiera arrojar sobre él, sino a una premisa de partida que, siempre muy atractiva, termina diluyéndose indefectiblemente en un mar de referencias mal hilvanadas y de arquetípicos giros.
Afortunadamente, a ‘Sarah’ no le pasa eso, al menos no exactamente en la forma en la que sí lo veíamos en cualquiera de las obras de Bec que hasta ahora han llegado a ver la luz en castellano, y este relato situado en un pequeño pueblo de Pennsylvania llamado Salamanca se deja leer con sumo interés hasta que, cuando todo comienza a precipitarse hacia el final, la cohesión de la que hasta entonces había hecho gala, se va deshilachando poco a poco sin llegar nunca, eso sí, a romperse del todo.
Hasta que eso ocurre, como digo, lo que Bec y Raffaele ofrecen es un tebeo con vocación cinematográfica —algo que, como ya hemos visto en el pasado, parece ser una de las señas de identidad del guionista— en el que se sigue a una joven pareja que llega a Salamanca con la esperanza de reavivar la llama de una relación que se apaga por los dramáticos y escabrosos acontecimientos que marcaron la vida de ella cuando aún era niña. De hecho, es la reaparición de los fantasmas del pasado la que no termina nunca de casar con la otra línea argumental de la lectura, una que se dedica a explorar los secretos del pueblo y que incurre en cierto corte fantástico: la imbricación que se da entre ambos frentes del guión carece de buenos engranajes, y la decisión de Bec de dar cierre a la historia como lo hace no es sino una muestra inequívoca de que mucho habría ganado ‘Sarah’ de haberse centrado el escritor en insistir con más ahínco en aquello que sí funciona de su creación.
Ahora bien, la auténtica sorpresa de ‘Sarah’ no es tanto que Bec sortee con mayor o menor fortuna los escollos que él mismo va interponiéndose por el camino, sino la forma en que Stefano Raffaele narra todo en unas viñetas que, aunque sometidas a visos de la misma rigidez que copará posteriores trabajos suyos, aún no vienen revestidas de la carga de molestas referencias visuales que podíamos observar, por ejemplo, en ‘Deepwater Prison’. En otras palabras, que quizás por bisoñez, acaso porque todavía no las había descubierto, se quedan fuera de estas páginas las apariciones de «actores famosos», algo que deja respirar mucho mejor un trazo correcto y de narrativa fluida que refuerza, aquí y allá, las mejores cualidades del relato urdido por Bec. Un relato que cuando quiere puede llegar a ser muy terrorífico y que, por derecho, se coloca a la cabeza de lo que, hasta ahora, ha caído en nuestras manos del prolífico guionista.
Sarah
- Autores: Christophe Bec & Stefano Raffaele
- Editorial: Yermo Ediciones
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 192 páginas
- Precio: 19 euros en