‘Sandman Obertura’, despertando del letargo a golpe de obra maestra

Todavía estamos asimilando la noticia que ha saltado recientemente en la que nos explicaban que el Universo Sandman tendría continuidad con cuatro nuevas colecciones supervisadas por Neil Gaiman (habrá que estar atento para ver el grado de implicación del autor, aunque me lo puedo imaginar), una nueva apuesta por parte de DC Comics de explotar un poco más conceptos pasados que dieron buenos resultados a todos los niveles. Mientras llegan a las tiendas siempre podemos visitar la serie original o esta que hoy reseñamos, aparecida años después de la primera y que funciona a modo de precuela. ‘Sandman Obertura’, nos narra todo lo que aconteció con el Dios del Sueño previamente a ser encerrado por el hechicero Roderick Burguess, el episodio con el que se dio el pistoletazo de salida a uno de los tebeos más importantes y de mayor calidad que hemos podido disfrutar en las últimas décadas.

Tras las setenta y cinco entregas de las que constó la colección ‘Sandman’, Neil Gaiman daba el cerrojazo a la historia de Los Eternos, el buque insignia del sello Vertigo y que, años después tras su final, sigue siendo considerada una auténtica obra maestra. Tuvieron que pasar veinticinco años para que su creador decidiera continuara con una serie limitada las hazañas de Morfeo, algo que ocurrió porque la editorial respetó la voluntad de Gaiman: no continuar la serie tras su final. Esa “buena acción” de DC parece que convenció (supongo que algunos dólares también ayudaron) al británico para que volviera a sus personajes con esta miniserie. Lo bueno de contar con la presencia del escritor original es que la calidad está asegurada y el tono es el mismo que el que ya pudimos disfrutar hace años. Esa sensación de estar en un mundo onírico en el que todo puede pasar, con los textos de Gaiman poniéndole voz al Arenero, narrador en primera persona, no pueden transmitir mejores sensaciones.

Lo bueno de contar con este volumen es el poder librarse de la cadencia con la que aparecieron los seis números de la miniserie, un ritmo que se vio quebrado en todo momento por la velocidad a la hora de dibujar de J.H. Williams III, el artista encargado de plasmar las nuevas aventuras de Morfeo. El dibujante de otros títulos como “Chase”, “Promethea” o “Batwoman” realiza un trabajo mayúsculo, enorme, sobresaliente y digno de ser estudiado. Su estilo de dibujo, tan espectacular como personal, recrea a la perfección todo lo que Gaiman pretende desde un principio, utilizando distintas técnicas que se adaptarán a cada momento del relato y dando en todo momento una sensación de compenetración que pocas veces se ha visto en un comic. Por todos es sabido que este tipo de experimentos no llega a buen puerto, que suelen ser encargos para llenar la cartera de algún autor en concreto, pero este no es el caso. Parece que Gaiman tenía algo que contar y lo hecho de la mejor de las maneras posibles. Y lo mejor de todo es que estamos ante una obra perfectamente disfrutable tanto por aquellos que ya caímos en las redes del Sueño allá por el año 1996 como por los que quieran acercarse al personaje por primera vez. Un punto de partida o una continuación, da un poco igual cuando lo que tenemos delante es una obra maestra.
[Grade — O.M.]