Siempre me ha gustado dibujar y contar historias…pero no creía que eso pudiese ser una profesión [Camille Jourdy]
Fue, sin lugar a dudas, una de las sorpresas más gratas que nos dió cómic europeo hace un lustro. Algo que quedó patentado por la interminable espera que supusieron los dos meses que pasaron entre la salida del segundo volumen y el tercero y último ; que sigue siendo ostensiblemente apreciable en esta nueva lectura que servidor ha hecho del volumen integral que La Cúpula publicaba el mes pasado y que da una medida muy aproximada del calibre de la sencilla pero brillante intriga que Camille Jourdy supo plantear con esta la primera (y única) obra que hasta el momento ha visto la luz en nuestro país y que le valía el premio al Mejor Autor Revelación en el Festival de Angouleme.
Con una narrativa ágil, que evita acomodarse a estructuras clásicas para componer cada página de forma diferente a la anterior prescindiendo en la mayoría de las ocasiones de optar incluso por la concesión que supondrían las viñetas en el sentido estricto de la palabra, Jourdy aborda con ‘Rosalie Blum’ una vivisección de un sesgo de la sociedad francesa que, no por localista se antoja menos universal. Mezclando en el relato y en la forma de desarrollarlo, influencias con nombres como Hitchcock —con ese genial apunte hacia lo que puede ser uno de los personajes principales— o Kurosawa y su ‘Rashomon’ —un parecido éste último que la autora me confesaba en una entrevista que le hice hace cinco años que era totalmente casual pues no había visto la cinta—, Jourdy nos acerca a la vida de un tranquilo pueblo de provincias en el que conoceremos a Vicent, Camille y Aude.
El primero es un peluquero amargado por su existencia y, sobre todo, por la presencia de su madre. La segunda es una mujer de unos cuarenta años a la que el primero comenzará a seguir guiado por una familiaridad hacia ella cuyo origen desconoce. La tercera es la sobrina de Camille, una joven cuya vida anda algo carente de rumbo y que completa un triángulo lleno de matices y repleto de secundarios tanto o más geniales que ellos —ese frustrado artista circense, por poner un ejemplo; una decisión ésta que Jourdy defendía en la citada entrevista «los personajes principales son más “neutros” que los personajes secundarios, puede que para que el lector se identifique más con los primeros que con los segundos. Aquéllos tienen unas reacciones un poco más normales y menos excesivas que los secundarios».
‘Rosalie Blum’ supone una hábil combinación de lo real con lo onírico —éste último tiene su máximo exponente en la gran relevancia de los sueños de Vincent, que la autora potencia por ser «escenas en las que tengo libertad para explicar y dibujarlo todo»—, la cotidianeidad con lo extraordinario y el drama con la mejor comedia agridulce. El dibujo sencillo de Jourdy es inmejorable invitación a que cualquier tipo de lector pueda acercarse a la que era espléndida carta de una autora que esperamos poder ver pronto de nuevo en nuestras estanterías.
Rosalie Blum. Edición integral
- Autores: Camille Jourdy
- Editorial: La Cúpula
- Encuadernación: Rústica con solapas
- Páginas: 374 páginas
- Precio: 33,25 euros en