Es abrir el volumen y recibir una bofetada de nostalgia y maestría a partes iguales de tal calibre que uno no está seguro si podrá recuperarse de tal golpe. A fin de cuentas, asomarse a las páginas de ‘Pepe Malone‘ es todo un viaje a décadas atrás, cuando mi yo adolescente daba cuenta de cuantos más números del CIMOC, mejor y, en un pequeño salto hacia adelante, en reencontrarse con el veinteañero que leía de manera ávida todo lo que podía encontrar por las librerías más vetustas de Sevilla con la firma de aquellos artistas que hicieron del tebeo español algo muy grande desde finales de los sesenta hasta bien entrados los ochenta. Nombres como José Ortiz, Fernando Fernández, Pepe González, Víctor de la Fuente, Carlos Giménez, Esteban Maroto, Alfonso Font, Luís García o, por supuesto, un Leopoldo Sánchez que tanto cautivara mi atención con sus fabulosas planchas para ‘Bogey‘, aquél fantástico noir que, con guión del insigne Antonio Segura, ilustrara un artista cuyo regreso al mundo del tebeo después de años apartado de él se perfilaba el pasado 2018 con ‘Tú mismo. Disparates melancólicos de Pepe Malone‘, un ecléctico volumen publicado por Ponent Mon; y parece terminar de configurarse, ahora de la mano de Panini y su sello Evolution Comics, con el álbum que hoy nos ocupa.
A sus 71 años, Leopoldo Sánchez no da muestras alguna de cansancio. Es más, pareciera que el tiempo y el estar apartado del medio han potenciado sobremanera su muchas virtudes sobre el tablero, y recorrer el clasicismo que exuda de sus planchas es retrotraerse a una época distinta en la que los tebeos se concebían como algo más. Sí, eran vehículos para el escapismo más entretenido, pero había algo en la forma de entenderlos y en la manera de contar historias que añadía ciertas capas de contenido que sólo pueden entenderse bajo el particular contexto social que se vivió en nuestro país en el largo tránsito desde la apertura del franquismo hasta la re-instauración de la democracia. Algo de eso se palpa en las surrealistas aventuras que Sánchez plasma en los dos relatos aquí contenidos, ‘Apocalipsis’ y ‘Una casa de reposo en las afueras’. Dos historias en las que lo inesperado se acuesta con lo muy ecléctico para concebir un vástago casi inclasificable que una veces tira del humor absurdo, otras de la alegoría dejando paso intermedio a todo un rosario de dispares sensaciones, curiosas reflexiones, nada desdeñables notas de sarcasmo —ahí la influencia de Segura es notable— y, ocasionalmente, una no muy agradable impresión de pérdida que tan pronto aparece como se esfuma.
Donde ‘Pepe Malone’ se aleja raudo de cualquier tipo de sinsabor es, insisto, en un dibujo que recuerda a todos y a ninguno de los artistas con los que Leopoldo Sánchez compartió esa otra época de la que hablábamos más arriba: su trazo y la claridad de su narrativa instilan en el lector un poderoso efecto, el de creer que hemos agarrado nuestro Delorean y viajado a una época entre treinta y tantos y cuarenta y tantos años en el pasado cuando el noveno arte en España eclosionaba en mil y una formas diferentes gracias al inabarcable talento de toda una generación de artistas que hicieron de él un referente ineludible a nivel mundial. Que todavía hoy tengamos el gustazo de poder asomarnos al trabajo de nombres como el de Sánchez o Giménez es un lujo que ensombrece sin dilación cualquier apreciación inclinada hacia lo negativo dejando paso a valorar ‘Pepe Malone’ como el (in)esperado y espectacular reencuentro con uno de los mejores dibujantes que ha hollado el arte secuencial en esta piel de toro. Ahí es nada.
Pepe Malone
- Autores: Leopoldo Sánchez
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 80 páginas
- Precio: 14,25 euros en