‘Ofensiva final’, despertador de conciencias

Amante irredento, como ya he comentado en tantas y tantas ocasiones, de cualquiera de las incontables acepciones de la ciencia-ficción, que ‘Ofensiva final‘ se sirva en parte de la variante de avance del género para especular desde el conocimiento de hoy sobre un futuro que a mi juicio ni es tan lejano ni es tan ficción, ha sido uno de los detalles que más me han llegado de los muchos que encierra esta magnífica obra publicada por Dolmen. Y es que el trabajo que han hecho Miguel A. Giner Bou y Susanna Martín a la hora de poner en pie este comprometido relato es uno que, de una parte, denota una labor de documentación considerable por parte de ambos artistas y, de la otra, consigue dar con un corpúsculo de personajes agraciados con esa rara cualidad de resultar tan carismáticos a ojos del lector que empatizar con ellos y con sus pequeñas cuitas es tan sencillo como irremediable.

A la cabeza de los cuatro que vemos en portada se sitúa Iratxe, una cineasta galardonada con un Oscar que cambiará la comodidad de Nueva York por el rodaje, en tierras de un país centroamericano sin definir, de un documental que trate de capturar la compleja realidad en la que se ha vista sumida una tierra que no parece muy alejada de lo que uno puede ir recabando de las noticias a poco que se quiera acercar a lo que acontece en la estrecha franja de tierra que une México con el grueso del continente sudamericano. Lo que allí va a encontrar Iratxe de manos de Damaris, miembro de la ONG que la ha invitado a mirar las miserias de su tierra a través del objetivo, es una hostia en toda regla a las cómodas y despreocupadas mentalidades de las zonas más favorecidas del hemisferio norte —y hablo en general, claro, que de todo hay en este mundo nuestro—, esas que sólo se acuerdan de las penurias que pasan nuestros congéneres centroamericanos cuando, como era el caso de Honduras hace pocas semanas, un desastre natural barre su modo de vida.

Comprometido pues su mensaje de principio a fin con la muy necesaria idea de levantar ampollas y causar cierta incomodidad al lector que a él se acerque, ‘Ofensiva final’ reserva, en lo estrictamente artístico, una sorpresa bastante grata: la increíble mutación que ha sufrido el estilo de Susanna Martín hasta tal punto que relacionar este volumen con otros trabajos suyos como ‘Alicia en el mundo real’, ‘Sonrisas de Bombay’ o ‘Sansamba’ resulte cuanto menos complicado. Incólume en los valores que podíamos encontrar en las citadas obras, el cambio en el estilo de dibujo de la artista catalana sienta de maravilla a las páginas de un volumen en el que se pueden percibir, y muy de cerca, sensaciones que uno asociaría —o al menos eso nos invitan a pensar las planchas— a pisar la tierra en la que se desarrolla la acción. Hábil y expresiva en su uso del color, Martín conjura junto a Giner una lectura magnífica, de esas que bien merecerían la atención de cualquier tipo de lector por su inmensa componente de honesta humanidad y por lo mucho que trabaja para hacer de este mundo un lugar mejor.