Recuerdo que la primera vez que entré en contacto con la leyenda sobre la posible supervivencia de la princesa Anastasia Romanov fue, no a través de la cinta clásica protagonizada por Ingrid Bergman y Yul Brynner —que le valió el Oscar a la inmensa actriz—, sino por mano del muy efectivo telefilme de más de tres horas que, con Amy Irving como la joven que reclamaba ser la hija del Zar, se estrenaba en la caja tonta en el segundo lustro de los años ochenta. Después, obviamente, accedería a la producción cinematográfica anteriormente citada o, por supuesto, a esa simpática aunque infantil y descafeinada versión de la historia que fue el filme de dibujos animados producido en 1997 por Don Bluth. Sea como fuere, lo que ponen de relieve uno u otro es la atracción que se ha sentido desde siempre por uno de los que podríamos denominar grandes misterios del s.XX si hemos de dar pábulos a la veracidad de que, durante los trágicos acontecimientos acaecidos en Ekaterimburgo en julio de 1918, la hija de Nicolás II, el último Zar de las Rusias, logró sobrevivir a la masacre a la que los bolcheviques sometieron a toda su familia, generando una leyenda urbana que, como toda leyenda urbana que se precie, carece de fundamentos que hayan podido ser probados.
En esa línea, la de creer que Anastasia logró escapar con vida al fusilamiento que dio comienzo al fin de una era y al establecimiento de la U.R.S.S, nos traía Yermo hace un par de meses ‘Nos, Anastasia R.’ un relato que se mueve en las primeras páginas de su primer álbum —de los tres de que se compone el integral— en lo que se antoja como una reconstrucción bastante fiel de los acontecimientos que rodearon a la madrugada de aquél fatídico 17 de julio para, introduciendo con presteza aquí y allá a necesarios personajes inventados, comenzar a narrar la hipotética existencia de la que podría haber sido Zarina de Rusia si la Revolución no hubiera arrasado con el sistema establecido desde hacía dos siglos en las heladas tierras del país más extenso de nuestro planeta.
Convincente desde la primera a la última página, no es de extrañar que la efectividad sea la cualidad reinante durante toda la lectura si consideramos que al frente de la misma, y en colaboración con Patrice Ordas, está el gran Patrick Cothias, responsable de esa imprescindible saga del cómic europeo que es ‘Las 7 vidas del gavilán’ o, más recientemente, de la muy realista aproximación a las trincheras de la Primera Guerra Mundial que, también de mano de Yermo, nos llegaba con ‘Ambulancia 13’. En sus manos, la mezcla entre realidad y ficción queda disuelta de tal forma que resulta harto complejo diferenciar una de otra, plagado como está el discurrir de la acción de hechos que bien podrían haber tenido lugar durante el transcurso del pasado siglo.
Dicha fortaleza, hace que la lectura de ‘Nos, Anastasia R.’ transite con una precisa fluidez derivada del sumo interés que atrapa al que se acerque a ella. Un interés que, por supuesto, aumenta sobremanera gracias al extraordinario trabajo a los lápices de Nathalie Berr, una artista cuyo mejor valor se hornea en la naturalidad con la que trata a los personajes y la impresionante capacidad que atesora para dotar de expresividad a los mismos y que se complementa con el puntual mimo por los escenarios y el precioso tratamiento de color que aporta Sébastien Bouet. En resumen, una lectura para los apasionados de la historia capaz de saber captar de forma inequívoca la atención de aquellos que, sin serlo, se asomen a sus bellas páginas.
Nos, Anastasia R.
- Autores: Patrick Cothias, Patrice Ordas y Nathalie Berr
- Editorial: Yermo
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 144 páginas
- Precio: 32,30 euros en