Con la política de recuperación de clásicos autoimpuesta por Panini, el ver como se publica un tebeo de hace ya algunas décadas es tan solo cuestión de tiempo. La línea Marvel Gold, ya sea en versión en tapa blanca ya en tapa dura, sigue contentando a los aficionados más nostálgicos. Y si hace bien poco se pudo disfrutar de una de las historias más ambiciosas de Warlock, ‘La amenaza de Thanos’, ahora le toca el turno a la archiconocida ‘Saga de Contratierra’, cuya publicación en nuestro país tuvo lugar por primera vez hace ya un buen tiempo.
Corrían los años setenta y Marvel parecía tener las ideas muy claras. Los cómics reflejaban en sus páginas las preocupaciones sociales de una época convulsa, por lo que no era extraño ver como los superhéroes se veían envueltos en tramas donde aparecían problemas cotidianos como las drogas o la corrupción política. La religión era otro de los temas que no pasaban desapercibidos para los escritores de cómics. Y así se comprende que Roy Thomas, uno de los pilares fundamentales de la Marvel setentera, se sacara de la manga una historia de tintes mesiánicos con héroe redentor incluido (nadie debería subestimar el poder que en aquellos momentos tuvo ‘Jesucristo Superstar’).
Para llevar a buen puerto tan ambicioso viaje, lo primero que necesitaba era un planeta nuevo, una nueva Tierra pero privada de cualquier presencia superheroica, de tal manera que Warlock será el único ser con poderes. Es en este momento donde entra la figura del Alto Evolucionador como demiurgo creador de vida y a partir de materia inerte nace la Contratierra, hecha a semejanza de la nuestra. Con todas las piezas desplegadas sobre el tablero, Thomas dibuja ante nosotros una peculiar versión del Nuevo Testamento protagonizado por seres cósmicos.
Pero entonces todo comienza a torcerse. Roy Thomas asciende a Editor Jefe de Marvel y le pasa los bártulos a un verdísimo Mike Friedrich que entiende la epopeya religiosa a su manera y la termina reduciendo a un continuo intercambio de golpes entre Warlock y el villano de turno. Por su parte, Gil Kane (el dibujante con el que arranca la saga) abandona la serie poco después que Thomas y la labor artística cae en manos de Bob Brown, un dibujante poco capaz que factura una sucesión de páginas a cada cual más anodina.
Viendo tamaña situación no es de extrañar que el final de la saga se viera adelantado de manera precipitada. Thomas consiguió ver publicado el final de la historia tal y como lo había ideado, no en la colección de Warlock pero sí en la de Hulk. Ventajas de ser el jefe del lugar. Aun así, el volumen publicado por Panini es lo suficientemente interesante como para pasar un buen rato con una historia que incluso hoy en día podría dar mucho juego.
- Autores: Thomas, Friedich, Kane y Brown
- Editorial: Panini
- Encuadernación: Rústica con solapas
- Páginas: 288
- Precio: 25 euros
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