‘Memoria de cenizas volumen 1. Corazón de piedra’, en busca de una heroína

Si de tebeo europeo hemos de hablar; y en el tebeo europeo histórico hemos de centrarnos, es muy obvio que, así sin pensarlo, dos son las heroínas por excelencia que el cómic producido al otro lado de los Pirineos mejor ha sabido ofrecer: la Ariane de Troïl que André Juillard y Patrick Cothias imaginaron para la mítica ‘Las 7 vidas del gavilán’, y la Isabel de Mayambe que, cargada de sensualidad, fue protagonista absoluta tanto de ‘Los pasajeros del viento’ como de ‘Los compañeros del crepúsculo’, pináculos ambos de la producción del insigne François Bourgeon. Dos mujeres fuertes, decididas y adelantadas a su tiempo que eran el centro de tumultuosos acontecimientos en no menos turbulentos tiempos históricos y que, no cabe duda, son la medida por la que Philippe Jarbinet pretende moldear a Helena, la joven protagonista de ‘Memoria de cenizas’.

Pero, claro está, medirse con tales ejemplos y salir airoso de tamaña empresa no es tarea sencilla, y si bien los resultados que en tales lides ofrece este primer integral publicado por Yermo son más o menos sólidos en lo que respecta a guión, se hace bien evidente cuando uno abre el álbum que, a nivel gráfico, lo que Jarbinet es capaz de plasmar sobre la página se queda a años luz de la solidez de Cothias…y si eso mejor no lo comparamos con Bourgeon: muy bien documentado, al menos hasta donde un lego en disquisiciones históricas como servidor es capaz de discernir, es en lo hierático de su narrativa, tremendamente encorsetada y rígida, y en la concreción de sus figuras humanas, donde el artista falla en trascender la línea que separa lo meramente correcto de lo brillante, quedándose el trazo del francés en una incómoda tierra de nadie que no beneficia en absoluto al discurrir de la lectura.

Ésta, que resulta por momentos obscura y farragosa debido a la gran cantidad de personajes y localizaciones pero, sobre todo, dada la abrupta forma en la que se nos introduce en el periodo histórico de la cruzada albigense, allá por comienzos del s.XIII. Sólo la ayuda de la Wikipedia —que para según que información se busque, funciona a las mil maravillas— y un poco de paciencia, consiguen hacer desaparecer la molesta sensación de desorientación inicial que acompaña a la lectura para transformarla, poco a poco, en una que se deja seducir por los entresijos de este relato que termina logrando hacernos retroceder, al menos en parte, a esa Baja Edad Media en la que la vida no tenía valor alguno y en la que la joven protagonista, que pasa de bebé a mujer a lo largo de las 96 páginas que conforman el volumen, movida por el deseo de venganza hacia el asesino de su padre, se verá envuelta en un entramado lleno de intrigas, intereses y violencia.