‘Marvel Omnibus Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original Volumen 4’, un minuto de silencio

Mucho se ha escrito y escuchado acerca del momento en el que, si no se puede tener todo, habría que plantarse a la hora de adquirir el material protagonizado por el cimmerio más famoso del Noveno Arte. Indistintamente de la colección que estemos tratando en ese momento, los “entendidos” en la materia recomiendan un punto exacto en el que tenemos que poner pie en pared. Un personaje como es la creación de Robert E. Howard cuenta con años y años de historias y, como podrán imaginarse, lo que aún queda por delante por lo que hay que atinar a la hora de seleccionar lo mejor. Unos tebeos que podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, se encuentran recogidos en este ‘Marvel Omnibus Conan el Bárbaro: La Etapa Marvel Original Volumen 4’. Todo aquello que comenzó en 1970 de la mano de Roy Thomas y Barry Windsor Smith tuvo continuación en 1973 con la llegada de un John Buscema inconmensurable, creando la imagen icónica del personaje que sigue vigente a día de hoy, un periodo de esplendor creativo que se prolongará hasta 1980, al menos en esta cabecera, momento en el que el guionista de Misuri decidió abandonar la colección. Más tarde habría idas y venidas pero la etapa dorada de Conan finaliza aquí. 

Habría que añadir lo que ya pudimos disfrutar en la anterior entrega, un tercer volumen en el que se empezaba a vislumbrar que estábamos ante algo grande, unos relatos que se mantendrían en la memoria del aficionado por muchos años que pasaran desde su publicación. Toca poner un broche de oro a la sobresaliente etapa, un final de fiesta que estará teñido de negro por la muerte de un personaje mítico: Belit. Este nuevo Omnibus se abre con una aventura en la que la guerrera de armas tomar consigue por fin la venganza que tanto deseaba en tierras estigias. También es momento de presentaciones y vamos a conocer a Zula, guerrero temible donde los haya que en la gran pantalla (Conan el Destructor) fue interpretado por Grace Jones. Juntos saldrán victoriosos de la peligrosa misión que se han propuesto acometer algo que no se puede decir de la siguiente parada que les espera en los Reinos Negros donde la parca parece tener cuentas pendientes con la única mujer por la que Conan ha llorado. Con todas estas explicaciones debe quedar claro la importancia que este personaje tuvo en el desarrollo del particular universo cimmerio. Belit surgió de la nada para rivalizar en fuerza, carácter e ímpetu con el mismísimo bárbaro, su muerte la eleva hasta el Olimpo de la inmortalidad. Muchos nos preguntamos qué habría pasado si su existencia hubiera continuado sin más, siendo un personaje recurrente más. 

No sería la única mujer que pasaría por la vida de Conan pero sí la que marcaría para siempre al indómito guerrero, ni siquiera Zenobia, madre de su hijo y con quien se casará convirtiéndola en reina (lo podremos ver en los dos anuales incluidos en este volumen), conseguirá levantar la pasión que sentiría por la pirata. Pero estamos ante el guerrero definitivo, el luto no puede durar demasiado ya que los peligros y las aventuras se suceden sin dar un solo minuto de respiro. Peligrosos brujos con sus malas artes, monstruos sacados de las peores pesadillas, poderosos gigantes, sirenas, vampiros, enanos, ratas descomunales, cangrejos antropomórficos, un sinfín de criaturas repartidas por exóticos lugares que van desde junglas a desiertos pasando por ciudades de todo tipo. Poco podemos añadir a estas alturas del trabajo que Thomas realiza (y ha realizado) en la colección, unos guiones que lo han mantenido como el mejor escritor que ha pasado por las páginas de Conan. Y lo mismo podemos afirmar de un John Buscema que se encuentra en su mejor momento, aunque aquí vamos a ser afortunados ya que podremos seguir disfrutando de su arte por más tiempo. ¿El momento para retirarse? Quedan tantos momentos y autores que disfrutar que sería una pena perderse alguno de ellos. ¡Por Crom!, estamos hablando de Conan, es un valor seguro.