Si algo ponen en evidencia los muchos y muy variados títulos que en los últimos tiempos nos han llegado con la Segunda Guerra Mundial como telón de fondo, es que las heridas abiertas por el conflicto que casi estuvo a punto de cambiar el curso de la historia ni se han curado del todo ni mucho menos han quedado relegadas a un olvido parcial derivado de las siete décadas que el pasado ocho de mayo se cumplían desde que el general Alfred Jodl firmará la capitulación incondicional de las fuerzas alemanas en Reims —las japonesas, ya que estamos en modo profesor de historia, se rendirían en agosto de 1945 tras los infames bombardeos de Hiroshima y Nagasaki—. Y a recordarnos un pequeño pero muy relevante capítulo de tan fundamental período vienen Marc Levy y Alain Grand con ‘Los hijos de la libertad’.
En este soberbio volumen que adapta la novela homónima de Levy, no nos acercamos a alguna de las grandes gestas heróicas que tuvieron lugar en las playas de Normadia o en las costas de algún islote del Pacífico. Lo que aquí se nos narra es la lucha diaría de los franceses de a pie por intentar que el gobierno colaboracionista de Vichy tuviera bien claro que el pueblo no se iba a dejar amedrentar por el paso de ganso de las tropas alemanas ni las tácticas utilizadas por la Gestapo para someter a los prisioneros que caían en sus manos. Así, ‘Los hijos de la libertad’ es pues una historia de incursiones desde la clandestinidad, de muertes que no son condecoradas con medallas al valor y de amistades que no se forjan bajo el ensordecedor ruido de las metralletas enemigas.
Mucho más mundana que todo eso y, por ende, de una cercanía y universalidad temática que es capaz de salvar las siete décadas que de ella nos separa, la historia hilvanada por Levy es puesta en valor por unas páginas en las que Grand, hablando coloquialmente, «se sale»: recordando algo a lo que Silvie Vallée logrará en ese magistral trabajo que fue ‘Érase una vez en Francia’ —un título con el que éste guarda ciertas concomitancias— el agradabilísimo trazo de Grand se conjuga con valores como la claridad de su exposición, lo firme de su ritmo narrativo o un magnífico tratamiento del color para servir de complemento preciso y supino a lo que el relato va desvelando sobre la vida de estos luchadores anónimos que consiguieron hacerle la vida bastante difícil a las fuerzas invasoras teutonas.
Alejándose conscientemente del drama propio que se podría haber derivado de forma más que natural de la dureza de algunos de los acontecimientos que se nos trasladan, Levy y Grand transmiten no obstante con toda su fuerza e intensidad las vivencias de aquellos patriotas que no se pararon ante nada en su lucha por la cualidad más inalienable del ser humano. Una cualidad por la que sus antepasados ya habían derramado mucha sangre durante la Revolución de 1789 y que, sujeta a esa ‘Liberté, Egalité, Fraternité’ que se enarboló en la pugna por salir del yugo de la monarquía absolutista de los reyes, se hizo aún más patente bajo la sombra de la esvástica.
Los hijos de la libertad
- Autores: Marc Levy y Alain Grand
- Editorial: Planeta DeAgostini
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 176 páginas
- Precio: 23,75 euros en