No recuerdo de manera clara si lo hemos dicho alguna que otra vez o si, de hacerlo, lo hemos afirmado de esta manera, pero lo cierto es que todos los tebeos editados por Ricardo Esteban tienen un algo que los une y coloca bajo el mismo paraguas que supone Nuevo Nueve. No hablamos ya, porque lo hemos dicho infinidad de veces, de la calidad de unas ediciones soberbias que no escatiman en recursos para elegir siempre el mejor papel disponible y los más exquisitos detalles en cubierta —relieves, reservas UVI, estampados en oro….No. Nos referimos a esa cualidad inaprensible y huidiza que, al leer cualquiera de los títulos de la editorial, nos lleva a pensar de manera irremisible que el título en cuestión no podría haber encontrado otro hogar que el que le proporciona la casa madrileña. En el caso que hoy nos ocupa, esta ‘Ladrona‘ de Lucie Bryon que tanto calor nos ha dado a nuestros corazoncitos, cabría apostillar una pequeña enmienda a tal postulado; y es que, si bien es un título 100% Esteban, también nos habría cuadrado muy bien bajo la idiosincrasia de la línea editorial de La Cúpula. En concreto, para que os vayáis situando, de esa vertiente «cuqui» y llena de candor de la casa catalana que nos ha regalado, en los últimos años, tebeos tan imprescindibles como ‘El beso número 8‘ o ‘Laura Dean me ha vuelto a dejar‘.
De hecho, son esos dos títulos los mejores marcos de referencia que se nos ocurren para apuntalar lo que Lucie Bryon pone en juego en un tebeo que, en lo visual, es claramente deudor —y eso nos derrite el alma— del estilo de animación de nuestra adorada Ghibli. De acuerdo, nos hubiera encantado poder asomarnos a unas planchas que hubieran contado con el derroche de colorido del que hacen gala cualquiera de los títulos de la productora nipona pero, dejando de lado esa salvedad y el hecho de que la artista francesa opte por una concreción de personajes algo más sencilla y decididamente más caricaturizada que lo que cabría encontrar en una cinta firmada por Hayao Miyazaki, lo cierto es que hay un claro savoir faire en ‘Ladrona’ que no existiría de no ser por la influencia del universo de la compañía japonesa. Es a través del hermoso cimiento que supone Ghibli que cabe entender la riqueza de la expresividad de los personajes de Bryon y, más aún, el candor y el corazón que rezuman todos y cada uno de ellos, en especial, por supuesto, Ella y Madeleine, las dos adolescentes protagonistas de una historia de amor con singulares aderezos.
Sin querer desvelar nada acerca de los mismos —aunque mucho tiene que ver en ellos el título de este maravilloso volumen— lo que hay que afirmar sin dilación acerca de ‘Ladrona’ es que es un tebeo que conquista, desde su sencillez, tan pronto como se comienza la lectura y, aún más, que mantiene dicha conquista, sumándole constantemente pequeños detalles de los que continuar enamorándose, hasta llegar a una conclusión que se nos antoja, como poco, perfecta. Hasta esa conclusión, hasta que llega ese temido momento que no queremos que llegue —porque, seamos francos, nos encantaría quedarnos acompañando a Ella y Madeleine todo el tiempo del que pudiéramos disponer—, aquello que Bryon pone en juego en las páginas de este volumen es de una cercanía asombrosa, y tan pronto estamos asistiendo desde la lejanía a una historia de ficción que, por las razones que fuere, podría sernos ajena, que nos sentimos parte de ella y del mundo en el que se mueven sus personajes. Ese ser capaz de transportarnos, no ya en el espacio, sino atrás en el tiempo a una época en que la vida era otra cosa muy diferente a la de nuestro yo adulto y nuestros intereses no recalaban en los mismos espacios que ahora, es una virtud inconmensurable que se da la mano con todo lo demás que ‘Ladrona’ tiene que ofrecernos para convertirla en una de nuestras incuestionables favoritas de este 2022.
Ladrona
- Autores: Lucie Bryon
- Editorial: Nuevo Nueve
- Encuadernación:Rústica con solapas
- Páginas: 208 páginas
- Precio: 25 euros