En un plazo relativamente corto de tiempo, el que ha transcurrido desde que Norma publicara ‘Lydie’ hasta este ‘La Mondaine’ que hoy nos ocupa, Zidrou se ha convertido en uno de los nombres propios más a tener en cuenta en el saturado mercado francobelga del noveno arte. Esto ha sido posible gracias a que en los treinta y nueve meses que nos separan de aquella primera colaboración con el insigne Jordi Lafebre, se nos ha ido descubriendo a un guionista que, con pasmosa facilidad, es capaz de atenazar nuestros corazones por mor de las más sensibles y bellas historias que uno pueda encontrar hoy por hoy plasmadas en viñetas.
Y si ‘Lydie’ era un ejemplo temprano y maravilloso de la suma sensibilidad y el desaforado lirismo con que el escritor puede llegar a dotar sus páginas, sus siguientes títulos no han hecho más que corroborar que algo hay en Zidrou que es diferente a lo que sus colegas de profesión desarrollan. Lo había en esa enternecedora colección de relatos que fue ‘La anciana que nunca jugó al tenis’. Era posible encontrarlo en las elocuentes páginas de ‘Tamara:¡mi primera vez!’. Caracterizaba de forma muy particular a ese sorprendente relato que fue ‘La piel del oso’. Marcaba a fuego de forma inequívoca a esa «pequeña» muestra de genio que fue ‘El cuentacuentos’. Sobrevolaba las trincheras de la Primera Guerra Mundial en la desgarradora ‘Folies Bergere’ y hacía brotar lágrimas de nuestros ojos con el que quizás es su mejor trabajo hasta la fecha, la supina ‘¿Quién le zurcía los calcetines al rey de Prusia mientras estaba en la guerra?’.
Con tales cartas de presentación, y demostrando un ritmo endiablado a la hora de publicar (el álbum que hoy nos ocupa veía la luz en mayo y sólo un mes después Norma editaba ‘El cliente’, del que ya daremos cuenta en unas semanas) a la impaciencia por leer cualquier cosa que salga de la pluma del guionista y la natural curiosidad por saber si su última novedad consigue sorprendernos, ha comenzado a unirse el temor de que ésta no esté a la altura de lo que hasta ahora hemos podido leer. Un temor que, dependiendo del artista gráfico por el que se deje acompañar, se ve aumentado por el miedo a que una mala historia arruine el potencial que el dibujo atesora.
Afortunadamente, ninguno de estos temores llega a tomar forma en este primer volumen de los dos que conformará ‘La Mondaine’, y tanto el relato hilvanado por Zidrou como las planchas diseñadas por Lafebre son de un nivel que sobrepasa lo sobresaliente. En lo que al primero respecta, la historia del álbum sigue a la brigada policial encargada durante las primeras décadas del siglo pasado de la prostitución en la ciudad de la luz. Centrando el discurso en la Segunda Guerra Mundial y, por tanto, en la Francia ocupada, Zidrou nos introduce en un mundo sórdido en el que no todo es lo que parece a primera vista, y en el que la incursión del personaje central (increíble lo fácil que resulta identificarse con su ingenuidad) abre la puerta a que, como ya ha pasado en todos sus trabajos anteriores, sintamos muy cercano todo lo que acaece en el transcurso de las 64 páginas.
Una cercanía de la que tan responsables son los personajes, situaciones y el ambiente que describe Zidrou en el devenir de la acción (por momentos parece que el guionista vivió en primera persona el París de aquellos dramáticos años) como, qué duda cabe, el «fantabuloso» trabajo que cuaja Jordi Lafebre en unas páginas que son todo lo que podíamos haber esperado del artífice de ‘Lydie’…y un poquito más: la sutileza del trazo del artista español, conjugada por el mimo con el que trata a sus «actores», la fantástica labor de documentación y ambientación que vemos en todas y cada una de las páginas, y lo acertado del tratamiento cromático son sólo algunas de las virtudes que rezuman unas páginas soberbias.
Y digo sólo algunas por cuanto mucho de lo que termina apercibiéndose el lector descansa en mecanismos muy personales que se escapan a cualquier vivisección que servidor pudiera realizar en estas burdas líneas. ‘La Mondaine’ deja pues muy atrás la frontera de aquellos cómics que pueden analizarse hasta la saciedad extrayéndoles todo el jugo y transmitiendo con la palabra escrita lo que uno va a encontrarse en ellos, para entrar de lleno en el poco concurrido país de esos que tienen que ser «vividos» para ser aprehendidos. Creedme cuando os digo que la experiencia es una de esas que os costará olvidar.
La Mondaine 1
- Autores: Zidrou & Jordi Lafebre
- Editorial: Norma
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas:64 páginas
- Precio: 16 euros