…como el hábito no hace al monje…
Franquin eterno. Franquin, el nombre que siempre acude a la memoria de los lectores de Spirou cuando hemos de hablar del personaje. Franquin, esa figura cuya incuestionable influencia es a la par inmensurable. Franquin, ese artista que marcó a generaciones futuras y al que, aún hoy, Dupuis sigue teniendo muy presente en el discurrir de los proyectos que, al cabo del año, nos va ofreciendo con el intrépido botones de protagonista. Franquin, que aquí, en este ‘La mascarada’, es tomado como referencia directa por la terna de autores para que esta divertida historia sirva de homenaje tanto a ‘La máscara’ como a ‘QRN en Bretzelburg’ —curiosamente, las dos están disponibles en esas imprescindibles ediciones de lujo que Dib-buks ha publicado entre el pasado año y este—. Franquin, muchas veces imitado, poquísimas igualado y escasas superado. Y no, no ha sido el presente álbum una de ellas.
De aire desenfadado y ritmo muy fluido —incluso atropellado en no pocas ocasiones— ‘La mascarada’ es una de las historias que, «fuera de continuidad», sirve a otros equipos creativos que no sean los fijos —en este caso, Yoann y Vehlmann— a aportar su granito de arena a la considerable tebeografía del personaje creado por Rob Vel hace ya siete décadas. Con antecedentes como la alocada ‘Pánico en el Atlántico’ y la espléndida ‘La luz de Borneo’ —que demostraba, una vez más, la grandeza de Zidrou— el presente álbum coloca a Spirou en el ojo de un huracán mediático que lo convierte a él y a Fantasio en actores de una producción cinematográfica basada en las memorias recién publicadas del segundo. Envidias y celos profesionales levantarán un muro entre tan viejos amigos mientras intrigas de esas que tan bien han caracterizado siempre a la serie complican aún más una trama que, como digo, fluye con endiablada rapidez.
El problema surge cuando uno ha de valorar lo que ‘La mascarada’ ofrece más allá de ese ritmo frenético y de lo caricaturesco del trazo de Tehem. Y es ahí donde entra en liza el titular de la entrada, ya que no basta con homenajear para creer que ello hace grande a un tebeo y dejarse por el camino algo fundamental: que el guión sea algo más que un compendio más o menos bien hilado de momentos simpáticos, guiños al pasado y tenga una compacidad y «enjundia» que aquí cuesta encontrar. Que a pesar de ello ‘La mascarada’ deje una sensación agradable de haber pasado un rato la mar de entretenido es, con todo, suficiente justificación para que los más acérrimos lectores de Spirou completen su colección con este álbum. Los demás quizás hagáis mejor absteniéndoos y guardando el dinero para lo que se avecina con ciertos integrales firmados por Franquin…ETERNO FRANQUIN.
La mascarada
- Autores: Makyo, Toldac y Tehem
- Editorial: Dib-buks
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 64 páginas
- Precio: 15,20 euros en