Por lo que he podido leer por ahí —y entiéndase tan vaga indicación precisamente como, eso, por algunos lugares de la red— ‘Bartleby, el escribiente‘ está generando actitudes algo polarizadas que, sin llegar a tachar al trabajo de Munuera de infecto o magistral, sí que cuestionan, no tanto el trabajo gráfico de un artista que da aquí, en mi humilde opinión, un do de pecho de categoría inabarcable, sino la elección por parte del murciano de un relato tan poco agradecido para su traslación a viñetas como el que Herman Melville publicaba a mediados del s.XIX, un cuento que es considerado como una de las mejores obras del artífice de ‘Moby Dick‘ pero que, más allá de ciertas connotaciones que podrían ser de perfecta aplicación a la sociedad de hoy, tan diferente de la de hace centuria y media, deja muy poco poso en el lector.
Dichas connotaciones, que hablan de las posibles consecuencias de la pasividad llevada al extremo, resuenan con cierta fuerza en una sociedad que, en según que extremos, ha dejado de buscar la excelencia para acomodarse en la mediocridad más flagrante y de la comodidad a la pasividad que planteaba Melville en su relato hay sólo un par de pasos mal dados, de ahí que, hasta cierto punto, hay quien pueda encontrar en estas 80 páginas y en la elección de Munuera del texto original la clara intención de servir de acicate de conciencias dormidas y de elevarse como altavoz de una parte de nuestra sociedad que pasa de puntillas por su existencia como si nada de lo que sucede a su alrededor tuviera algo que ver con ella.
Si uno no es capaz, o no quiere ver eso que apuntamos en el párrafo anterior, y se queda sólo en la superficie de lo que ‘Bartleby, el escribiente’ propone, aún podrá dejarse extasiar por unas planchas de Munuera que, con toda honestidad, me parecen las más sobrecogedoramente bellas que le haya visto al artífice de ‘Los Campbell‘: sin perder en ningún momento su personalísimo estilo a la hora de concretar a los variopintos personajes que conforman el reducido elenco de la narración, Munuera tira de colores apagados y tonalidades poco agraciadas para reforzar la sensación de apatía y opresiva monotonía que hace presa en el Bartleby protagonista. Ello, que en otro artista menos hábil habría jugado en detrimento de la calidad final del producto, abre en manos del español todo un infinito mundo de delicadas veladuras y de portentosos juegos de luces, y es todo un gustazo, una vez se ha dado cuenta de la historia, volver a pasear la mirada por las páginas, dejándonos llevar por el mero hecho pictórico, y aprehenderse de la belleza y poética que aquéllas exudan.
Bartleby, el escribiente
- Autores: José Luis Munuera
- Editorial: Astiberri
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 80 páginas
- Precio: 18 euros