COMIC SCENE: Las Lecturas de Fancueva
V. Kingdom Come

‘La grieta’, verdades desgarradoras

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Antes de adentrarnos de pleno en arrojar luz sobre lo que ofrece ‘La grieta’, creo necesarias dos aclaraciones llamadas a situaros a vosotros, queridos lectores, en la tesitura adecuada. La primera, es que tras la sobrecogedora portada del volumen publicado por Astiberri hace unos días, no se oculta un cómic al uso; esto es, que si bien lo que aquí podemos leer son páginas aviñetadas con textos de apoyo, el proyecto de Carlos Spottorno y Guillermo Abril no ha contado con la diestra mano de un artista del mundo del tebeo para poner en narrativa secuencial las ideas que los dos periodistas de El País pretenden trasladarnos aquí. En su lugar, lo que el afortunado lector que se acerque a ‘La grieta’ podrá encontrar son, de forma exclusiva, una ingente cantidad de fotografías seleccionadas entre las miles que Spottorno en los diversos viajes que vertebran las 168 páginas del tomo.

Aclarado lo primero, es el segundo punto a tratar el que, dejando a un lado lo objetivo de la puntualización anterior, se zambulle de lleno en las inmensas aguas de la apreciación subjetiva y personal, esa que, qué duda cabe, podéis encontrar aquí todos los días de la semana —bueno, casi todos, que los fines de semana solemos descansar— y que os recomienda o no el título de turno. Completamente subyugado a ella, queda pues un primer juicio de valor que, decía, considero fundamental para que aquél al que le baste una mera «calificación» aparque la lectura del resto del artículo para otro momento. Y si os insto a tal cosa es debido a que, en la modesta opinión del que esto suscribe, ‘La grieta’ es, sin lugar a dudas, el MEJOR CÓMIC ESPAÑOL de 2016 y una OBRA MAESTRA del cómo contar historias mediante el auxilio de las viñetas.

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Vivimos en un mundo roto. Y no es ninguna exageración ni una frase orientada a buscar la alarma fácil o la atención inmediata. Es que está roto. Y sólo hay que asomarse a los titulares de cualquier diario —sea de la nacionalidad que sea— para apercibirse de ello: el conflicto en Siria y las dramáticas consecuencias que está teniendo para nuestros congéneres, las constantes arremetidas del gobierno de Putin, el tirón hacia la división de Europa que supondrá —si es que al final se lleva a cabo— el Brexit, el hundimiento de Venezuela, la temible incógnita que es el próximo gobierno de Donald Trump…las hondas fisuras que dividen a nuestro planeta en un momento en que la humanidad debería haber dejado atrás estúpidas e insignificantes diferencias de raza, credo y religión y haberse unido de una puta vez en un objetivo común son, a todas luces, cada vez más visibles y, en lugar de buscar un mañana mejor, parece que estamos más dispuestos que nunca a que el legado que reciban las futuras generaciones sea el de un planeta hecho añicos.

Sabedores de su responsabilidad como narradores de la lenta pero determinada apertura de esos desgarros en el tejido social que atirantan el sueño que una vez fue Europa —un sueño que, seamos francos, hoy habría que asimilar más a una pesadilla que a otra cosa— los periodistas de El País, Carlos Spottorno y Guillermo Abril, recorrieron entre diciembre de 2013 y enero de este año al que le quedan pocos suspiros, diversos puntos de la geografía del viejo continente para, con la ayuda del poder de la imagen y la palabra, concretar una serie de artículos en el suplemento semanal del rotativo que ahora, varios meses después de aquel último viaje a Navra, un pequeño pueblo de Estonia, toman la inesperada forma de un foto-cómic lleno de momentos para, entre otras cosas, sentirnos avergonzados de vivir en el «primer mundo».

Porque si de algo sirven las páginas de ‘La grieta’ es de sonoro y categórico revulsivo a aquellos que pensamos que nuestros problemas son lo único que importa cuando en realidad sólo hace falta salir a la calle y pasearse por las zonas más deprimidas de la ciudad o el pueblo en el que habitemos para poder aprehendernos de que tener un techo sobre nuestras cabezas, un plato de comida y un trabajo es mucho más de lo que millones de personas pueden afirmar poseer. Demagogia, estaréis pensando. No, eso se lo dejo a los políticos, que son los auténticos expertos en el arte de «marear la perdiz». Por mucho que el mensaje este desgastado y que, de tanto decirlo haya perdido una efectividad que nunca debería ajarse, a los humanos no nos vendría nada mal un poquito menos de egoismo y un mucho más de empatía.

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Es precisamente la aparición de ésta durante la lectura de ‘La grieta’ la que llevó a este redactor a prorrumpir en lágrimas en no pocas ocasiones debido a la tremenda congoja que dimana de las asombrosas instantáneas de Spottorno y las vívidas descripciones de Abril: con el objetivo rápido y la pluma ágil siempre puestos al servicio de trasladar de la forma más fidedigna posible la realidad, el trabajo de los periodistas —que ya les valió el pasado 2015 el World Press Photo— se alza como una de las crónicas más desgarradoras, veraces y contundentes del palpitar actual de esa Europa que se deshace día a día. Un proceso que las instántaneas de Spottorno recogen con sobrecogedora potencia y que, mediante el tratado cromático al que se someten, se acercan en un alto porcentaje a lo que podrían haber sido viñetas dibujadas ex-profeso, no diluyéndose en ningún momento, eso sí, el claro empellón que ambos postulan sobre las simas por las que caen irremisiblemente los sueños y anhelos de una vida mejor de aquellos que deben abandonar sus hogares y sus países natales huyendo del conflicto de turno.

Y no me gustaría terminar sin apuntar un detalle que, creo, habla de forma inmediata del tremebundo alcance y fuerza con la llega que el mensaje sin palabras de las fotografías de Spottorno. Una mirada, la de la niña de la portada —una mirada que recuerda, qué duda cabe, a aquella tan conocida que ilustró el número de junio de 1985 del National Geographic— en la que ni rastro hay de inocencia y sí de un saber que nunca debería estar al alcance de tan breve edad. Lo que sigue a continuación en las 168 páginas que conforman el volumen, solo sirve para constatar la INMENSA GRANDEZA del que, repito, es el MEJOR CÓMIC del 2016.

La grieta

  • Autores: Carlos Spottorno & Guillermo Abril
  • Editorial: Astiberri
  • Encuadernación: Cartoné
  • Páginas: 168 páginas
  • Precio: 24,70 euros en

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