‘Kijin Gentosho. Cazador de demonios 2’, el diablo metió la mano

Cuando, hace no mucho, nos enfrentábamos a la lectura del primer volumen de ‘Kijin Gentoshi. Cazador de demonios‘ descubrimos un manga que nos presentaba esa habitual diatriba entre honor y amor, algo que tanto juego ha dado desde la literatura medieval pero que, como sucede en este manga, si le añadimos una amenaza demoníaca de por medio, se convierte en buen caldo de cultivo para una buena historia como híbrido de drama, acción y romance. Con dos protagonistas que se enfrentaban a la dolorosa elección entre el deber y los sentimientos pocas dudas quedaban para el lector de como, a pesar de la adversidad, podía ir evolucionando nuestra historia. Salvo un giro radical por supuesto. Pues bien, cuando apenas llevamos cuatro capítulos ese momento ha llegado.

Si bien esta segunda entrega arranca con la esperada continuación del enfrentamiento entre Jinta y el aterrador demonio que demostraba no ser un bruto sin mente sino un ser pensante con objetivos muy concretos, la clave de esta parte de la historia llega cuando Suzune, la dulce hermana del protagonista, recibe durante su ausencia la visita de una diablesa. Pero la maléfica mujer no parece dispuesta a hacerle daño, al menos físico, sino a hacerle una revelación. Y será esta la que de la vuelta completamente a la historia, no porque el lector descubra algo que ignoraba, sino porque la reacción de la pequeña Suzu va a alterar completamente la evolución de la trama hasta el momento, cambiando absolutamente las relaciones entre los personajes principales e incluso su papel en la trama.

Este volumen 2, sin añadir más datos para permitir que el lector se deje sorprender, es un verdadero mazazo a nivel emocional que aplasta a sus protagonistas y nos arrastra por el camino. Regalando a Jinta nuevos poderes no deseados pero arrebatándole parte de su alma este se puede considerar el auténtico comienzo de la historia, el que realmente pone los puntos sobre las íes y el que parece pone en sintonía la historia con ese primer capítulo que parecía un mero McGuffin para presentar la historia.

‘Kijin Gentosho: Cazador de demonios‘ parecía revelarse en su primer volumen como una recomendable propuesta para los amantes de la fantasía con ambientación histórica, que fácilmente haría presa en fans como los lectores, hoy huérfanos de manga tras su conclusión, de ‘Guardianes de la noche‘, con su buena mezcla de acción y emoción. Con este tomo la historia no hace más que reafirmarse como tal, en un número que manteniendo casi en su totalidad la regla de las tres unidades consigue crear un estado de tensión que no se cierra en su última página, dejándonos con todavía más ganas de saber como continúa.

Con su excelente dibujo, algo de lo que es buena prueba el diseño, aunque casi  podríamos decir rediseño, de sus personajes, y su arriesgado cliffhanger ‘Kijin Gentosho. Cazador de demonios’ merece calificarse de un manga adictivo como pocos, que conquista con su primer número y engancha totalmente con el segundo. Con tres volúmenes publicados en Japón la espera para la llegada del tercer volumen a nuestras librerías se antoja excesivamente larga. Francamente, parece algo diabólico.