'Kijin Gentosho. Cazador de demonios 1', a Dios rogando y con la katana cortando

Hollywood nos enseñó, aunque el invento no fuese suyo, que el mejor método para acabar con el diablo, Pazuzu o no Pazuzu, es a golpe de letanía y Biblia, con más diálogo que mano dura a pesar del sufrimiento que el ritual trae tanto para exorcista como para exorcizado. Pero en el mundo del manga, los demonios, además de los poderes que se les supone a estos hijos de las sombras, raramente tienen la morfología de una niña de doce años y requiere de métodos más expeditivos, léase katana. Es el caso de ‘Inuyasha’, ‘Berserk’ o la popularísima ‘Guardianes de la noche’. Y Panini nos trae una nueva serie cuyo título no lleva a engaño. Se trata de ‘Kijin Gentosho: cazador de demonios’.

Basada en la novela de Motoo Nakanishi la odisea de Kijin Gentosho arranca con un Macguffin en toda regla: una joven aspirante a sacerdotisa responde a una serie de preguntas de un visitante del santuario de Jinta, un estudiante de instituto. Pero sus sencillas respuestas hacen aflorar una intensa emoción en el desconocido. El prólogo se corta aquí para llevarnos a mediados del siglo XIX, y encontrarnos con un chico que se parece sospechosamente al joven del comienzo. De la relación entre ambos no sabremos nada más por el momento y la historia pasará a centrarse en Kijin Gentosho, un hábil espadachín que proteje con su espada a la sacerdotisa y al pueblo de Kadono, pero cuya relación con ella, como iremos averiguando a lo largo del tomo, es más profunda que el mero vínculo señora-vasallo. ‘Kijin Gentosho: Cazador de demonios’ se perfila así como una historia entre la aventura y el romanticismo que presenta a unos protagonistas que anteponen, no sin esfuerzo, deber y honor a sus propios sentimientos. Unos personajes carismáticos que desde el principio sabemos ocultan más de un secreto, como la dulce Suzune, y que con tres volúmenes aparecidos en Japón y todavía en publicación, augura muchas más revelaciones y batallas.

Un manga que sabe dosificar la acción con escenas más intimistas. Obra de Yu Satomi, un nombre que hemos encontrado tras títulos de terror como ‘Mushihime‘ o ‘Noa of blood sea’ y que ha demostrado su buen hacer en las escenas más sangrientas, el cuidado apartado visual de este jidaimono de corte fantástico anima a enfrentarnos a una historia que consigue picarnos con una trama que promete dar mucho juego y que, como vemos en la conclusión del primer volumen, sabe dejarnos un buen cliffhanger.

Probablemente esta no sea la propuesta, a pesar de su ambientación, más atractiva para el que busca una obra histórica pura y dura. Claro que el título tampoco lleva a engaño. Pero los fans del fantástico, que se han dejado atrapar en su momento por títulos como los firmados por Rumiko Tahahashi o Jigokuraku, sin duda van a encontrar en este manga ese atractivo tipo de cabecera en la que es tan importante el apartado sobrenatural del relato como el componente emocional, y más cuando podemos comprobar que los demonios del menú no son meros masillas o entes descerebrados a los que simplemente destripar. ‘Kijin Gentosho: cazador de demonios’ no es solo una obra entretenida, sino que parece más que dispuesta a regalarnos ese tipo de personajes con los que resulta establecer un lazo empático.

Aunque sus villanos no se correspondan al cien por cien con demonios típicos del folklore nipón como onis o tengus, los seres sobrenaturales de obras como esta siguen siendo una eficaz excusa para llevarnos a ese Japón feudal que tan buenos ratos de lectura nos ha regalado. Y la nueva incorporación al catálogo de Panini se presenta con un guión sólido y un buen dibujo que nos hacen conectar rápido con la trama. Siempre podremos decir que el mayor terror que nos inspiran es perdernos la continuación de esta saga.