Mientras esperamos pacientes a que Dibbuks recupere un ritmo normal de actividad editorial y, tras esa ansiada recuperación, decidan continuar con la publicación de ‘Solos‘ y así ponerse al día con lo que, hasta la fecha, ha visto la luz en el país vecino —un par de álbumes más que los que han recogido los cinco volúmenes aparecidos en castellano—, si la aparición de esta ‘KidZ’ sirve de claro indicativo de algo, eso es la inmensa popularidad que la serie de Fabien Vehlman y Bruno Gazzotti ha adquirido en Francia, arrasando en ventas y provocando incluso la producción de una adaptación cinematográfica hace cuatro años que, no llegó a verse por estas tierras y se saldó en su país de origen con muy desiguales resultados.
Disquisiciones del séptimo arte al margen, está claro que las aventuras de niños en situaciones normalmente destinadas a adultos tienen su nicho, y eso es algo que ‘KidZ’ entiende a las mil maravillas, trasladando esquemas que hemos visto hasta la saciedad en películas de muertos vivientes a un variopinto grupo de adolescentes que sobreviven como pueden en un mundo en el que ya no cuentan con la protección de sus progenitores. De similares maneras a como hace Vehlman en ‘Solos’, Aurélien Docoudray, al que valorábamos de manera muy positiva hace unos cuatro años con ‘El cumpleaños de Kim Jong-Il‘, mezcla con extrema delicadeza idiosincrasias propias de los adultos con aquellas que uno identificaría sin pensar como pertenecientes al mundo de la infancia-adolescencia y, cual alquimista, nos da un elixir que funciona sin fisuras, con un ritmo asombroso que casi no se detiene a oler las flores en ningún momento y que, aún así, consigue definir perfectamente a los personajes y plantear, al margen de cierta evolución en los mismos, un pequeño misterio que envuelve a uno de ellos.
Todo ello lo hace el guionista en poco más de 120 páginas, condensando así en tan «breve» lectura mucha de la esencia de lo que cabría ser identificado como lo mejor del género y haciéndolo accesible a un público adolescente que, quizás, no haya tenido la opción de acercarse a él en su vertiente cinematográfica. Y, para rubricar un tebeo muy notable y tremendamente entretenido que maneja humor, desenfado y apuntes de drama con considerable facilidad, tenemos el espléndido dibujo y la mejor narrativa de Jocelyn Joret, con un trazo que —y sólo hay que ver la portada para apercibirse de ello— resuena en las mismas notas que lo que Gazzotti ha venido desarrollando en ‘Solos’ y deja aún más claro cuán a la sombra del éxito Dupuis se mueve este muy encomiable proyecto de Glénat.
KidZ
- Autores: Aurélien Docoudray, Jocelyn Joret
- Editorial: Nuevo Nueve
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 124 páginas
- Precio: 22 euros