‘Kenia’, aventuras al margen de lo convencional

“O los extraterrestres nos están invadiendo y van a salirse con la suya… o la tercera guerra mundial ya ha empezado y nosotros la perderemos”. Esta llamativa frase, pronunciada por uno de los personajes al final del tercer álbum, sirve para hacernos una idea de la curiosa amalgama de géneros que vamos a encontrar en ‘Kenia’. Este cómic, publicado originalmente en cinco volúmenes y recogido ahora en un integral editado por ECC, cuenta con el envoltorio propio de un tebeo de aventuras, pero está aderezado con toques de misterio, ciencia-ficción, espionaje en los albores de la guerra fría e incluso terror. Otra cosa que nos deja clara esa frase es que debemos abordar esta lectura con la mente abierta y ganas de sorprendernos, así como con cierta indulgencia para perdonar los pasajes más estrambóticos (que tampoco llegan a salirse nunca de madre, todo hay que decirlo).

La trama arranca con una expedición por Kenia, dirigida por un escritor norteamericano —mujeriego, bebedor y pendenciero— llamado John Remington. Lo que estaba previsto como un safari de placer, se convierte en algo mucho más peligroso y siniestro tras el avistamiento de una extraña y gigantesca criatura. Unas semanas más tarde, en mayo de 1947, la joven Katherine Austin llega a Kenia para impartir clases de inglés. Allí entablará amistad con otros dos profesores, uno francés y el otro alemán, y se enterará de la misteriosa desaparición de Remington y su equipo. Decidida a saber más cosas sobre este extraño asunto, emprenderá una investigación que le llevará a descubrir nuevos e inquietantes secretos que se esconden en la sabana africana, y a conocer a personajes tan singulares como el piloto Hank Grabble y el conde Valentino di Broglie, apodado “El Barón”. Todos ellos con sus propios secretos, al igual que la sabana, incluida la propia señorita Austin.

Los dos autores, Leo y Rodolphe, desarrollan juntos el guión de esta absorbente historia, plagada de incógnitas que nos mantienen atados a la lectura, y de personajes carismáticos y bien definidos que le aportan mayor enjundia al conjunto. La mezcla de géneros que comenté un poco más arriba le aporta mucho carácter a la obra, y ayuda a diferenciarla de otros tebeos similares. Una mezcla difícil de conseguir sin que el conjunto resulte forzado o demasiado extravagante, pero ambos autores consiguen salvar la papeleta sin problemas. En lo que respecta al dibujo, no hay ninguna pega que ponerle según el manual: bien documentado para definir los entornos y la ambientación, personajes expresivos, riqueza de detalles, un coloreado bien ejecutado… Pero, eso sí, peca de cierta falta de personalidad, con lo que el guión sigue siendo la verdadera estrella de este volumen. Por otro lado, también hay que tener en cuenta que se trata de un integral con un tamaño más reducido que el del álbum franco-belga convencional, así que aunque el dibujo se aprecia bien, no luce tanto como lo haría en un formato más grande. Sea como sea, ‘Kenia’ es destino obligado para aquellos que busquen una historia de aventuras que se salga un poco de la norma y que base su desarrollo en una intriga creciente y adictiva.

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