La vertiente humorística y campechana de este relanzamiento de DC viene encarnada por esta primera entrega de la JLI. Las Naciones Unidas se han dado cuenta (tarde, como siempre) de que los métodos tradicionales no sirven para afrontar las amenazas que asolan al mundo en la actualidad. Por ello, deciden crear un grupo a su medida compuesto por héroes de diferentes nacionalidades a los que puedan controlar mejor que a los miembros de la Liga de la Justicia original.
Así, se sacan de la manga un combo en el que han contado con Rocket Red (Rusia), Ice (Noruega), Godiva (Inglaterra) y Vixen (África), entre otros, como el superhéroe que posiblemente tiene el nombre más ridículo del mundillo pijamero: August General in Iron, sacado de los Great Ten, un grupo de héroes basados en la mitología china creado por Grant Morrison, J.G. Jones y Joe Bennett a mediados de esta década. Todo ello con Booster Gold a la cabeza. Ah, y Batman, que nadie sabe muy bien qué hace aquí, más allá de ser un mero cebo para trincar algún que otro lector extra.
El humor que no falte, pero que tampoco sobre
La JLI siempre ha tenido un marcado carácter humorístico, y ese es el tono que ha querido mantener el guionista Dan Jurgens. Un estilo que no se le da mal, como ha demostrado junto a Morrison al frente de la serie regular de Booster Gold. Sin embargo, de tanto querer divertir al lector, llega un punto en el que parece que ni siquiera Jurgens se toma en serio a los personajes que le han caído en suerte y el resultado parece más bien una simple caricatura de un grupo superheroico. No niego que pueda ser un recurso intencionado, y que según avancen los números acabemos sintiendo simpatía por estos personajes, pero es una maniobra arriesgada y más teniendo en cuenta la cantidad de series con las que compite.
En lo que respecta al desarrollo de este primer número, las primeras páginas hacen temer que volvemos a encontrarnos con un simple número introductorio como el primero de la Justice League: presentar a los personajes, decidir si se monta el grupo o no, esas cosas… Luego Jurgens pisa un poco el acelerador para meter algo de acción y, bueno, sin llegar a sorprender, por lo menos te hace brincar algo más del sillón. Eso sí, ya al final se ve que se queda sin páginas y que tiene que conformarse con el primer cliffhanger que le sale al paso.
Personajes que necesitan más gancho
En lo que respecta a la creación de grupos a partir de héroes nuevos o prácticamente desconocidos siempre me ha gustado más la forma de hacer de Marvel, que ya desde el principio va definiendo una personalidad muy concreta para cada uno y hace que empaticemos con su situación y sus circunstancias. Me viene a la cabeza el reciente ejemplo de la ‘Academia Vengadores’. Sin embargo, en esta JLI los personajes están muy desdibujados, y vale que sólo llevamos un número, pero me huelo que la tónica va a seguir siendo esta.
De hecho, me quedo con una de las frases que suelta Guy Gardner en un momento del cómic: «¿por qué debería perder el tiempo con estos perdedores?» Eso mismo me he preguntado yo, y aunque no pierdo la confianza en que Jurgens acabe demostrándome que estoy equivocado, de momento este primer encuentro con la JLI no va más allá de un «psé…»
En Zona Fandom | Sigue con nosotros el relanzamiento de DC
Los comentarios están cerrados.