'Jóvenes Vengadores 1. Reunión', MAGNÍFICA

Eran otros tiempos en Marvel. ¿Me atreveré a decirlo? Sí. Eran MEJORES tiempos en Marvel. La Casa de las Ideas bullía de proyectos que no cesaban en su empeño de dejarnos boquiabiertos y los equipos creativos que daban con nuevas colecciones con las que seguir captando nuestra atención eran de esos que podríamos calificar de ensueño. Parece mentira que en tan sólo tres lustros, la editorial haya pasado, como ya hemos dicho en muchas ocasiones, de ser el hervidero de creatividad imparable que era a mediados de la primera década de este siglo, a contar con tan sólo un puñado muy reducido de colecciones que vale la pena seguir.

Pero, como decimos, eso no era así cuando Brian Michael Bendis, Ed Brubaker, Mark Millar, Joss Whedon, Garth Ennis o J.M.Straczynski dictaban los designios de los pesos pesados de la major y abrían camino a nombres como el de Allan Heinberg, un guionista curtido en los fuegos de la pequeña pantalla —suyos fueron guiones y/o tareas de producción de legendarios espacios televisivos como ‘Sexo en Nueva York‘ o ‘Anatomía de Grey‘— que desembarcaba en Marvel con la sana intención de, al tiempo que Bendis hacía de las suyas con los mayores héroes de la Tierra, renovar la savia Vengadora con toda una nueva generación de héroes. El resultado de dicha intención fueron 12 números que, recopilados ahora de nuevo por Panini dentro de su sello Must-Have, se ajustan como un guante a tal clasificación, vamos, que es este uno de esos tebeos de superhéroes que TODO aficionado debería leer alguna vez en su vida.

La lección mejor aprendida que Heinberg traía consigo de la caja tonta era, sin duda, el tratamiento de personajes y eso se nota en un cómic que, desde el comienzo, nos presenta a un grupo de adolescentes cercanos a pesar de sus poderes y con inquietudes a ras de suelo por más que manejen habilidades que los acercarían al estatus de semidioses. Podría ahora citar a Iron Lad, a Wiccan o a Hulkling —o a la inesperada relación entre estos dos— como las muestras más ejemplares de esa forma con la que Heinberg hizo de ‘Jóvenes Vengadores’ el inmenso manantial de maravilla que sigue siendo, década y media larga después, pero lo cierto es que todos los protagonistas sin excepción son a la par cercanos y tridimensionales, y el que uno de ellos se termine revelando en las páginas de la historia como la figura puntal dentro del panteón de villanos legendarios de Marvel que es, no hace sino añadir considerables enteros a una serie que se ancla, incólume, en el sobresaliente más merecido.

Una calificación a la que, claro está, no es ajeno el superlativo trabajo de Jim Cheung: bien es cierto que lo que el artista estadounidense pone aquí en pie está todavía en camino de eclosionar en su mejor versión; la que, por ejemplo, le veremos años más tarde en ‘Children’s Crusade‘, los nueve espectaculares números que, una década después, reunirán de nuevo a guionista y dibujante para cerrar, de forma brillante, su incursión en el Universo Marvel; pero eso no quita para que las páginas de Cheung sean de una espectacularidad incuestionable y que, junto con el coloreado de Justin Sponsor —igualmente espectacular— lo que encontremos en esta historia en la que los viajes en el tiempo tienen tantísima relevancia —haciendo que sea, como diría un buen amigo, un 23% mejor— sea un puntal imprescindible de la Marvel del s.XXI. ‘Nuff said!!!!