En los últimos días, no sé como exactamente, me he encontrado diciendo ante la afirmación de algún conocido ante más de un tema de “Eso es el futuro” comentando “Pues no puede ser nada bueno”. Y es que en mi desmedido consumo de ficción casi siempre me he encontrados con más Morlocks que Elois, habiendo visto y leído las suficientes obras para saber que ese futuro dorado y envuelto en arcoiris es más que esquivo, por mucho que Francis Ford Coppola se obstine en lo contrario.
Un mundo asolado por la guerra, cruel residuo del que una vez fue el nuestro y convertido prácticamente en una chatarrería, en el que el hambre provoca la creación de hordas, los llamados descalzos, capaces de cualquier cosa para sobrevivir, es el escenario en que se va a desarrollarse la historia de la amistad entre Ronny, una niña maltratada pero con mucha iniciativa y Balthasar, el iron shoes del título, que recibe su nombre por los aparatos que se ve obligado a llevar en las piernas por la neopolio que sufrió de pequeño, y que puede presumir de sus habilidades como mecánico. Pero un oscuro personaje va a poner las vidas en jaque con un golpe irreparable qie hará que nuestros pequeños héroes deban plantearse medidas desesperadas.
Estas son las bases de una distopia de manual precedida por un aclarador prólogo, que nos va a contar la historia de cómo ‘Iron shoes‘ pasó de ser el proyecto para una película a un álbum de las Spanish bomb de cARTEm, su línea dedicada a autores patrios, y que recomiendo no se deje de leer por mucha ansia que tengamos de leer la historia. Cierto es que mucho de esto se trasluce, aún sin saberlo, entre sus páginas. Este cómic tiene todo el aura de un proyecto ambicioso, al que se le nota a pesar de su final solucionado que aspira a mucho más, y que casi se antoja el primer capítulo de una saga.
Aunque su premisa en el fondo es sencilla su apartado gráfico la sitúa por encima de la media. Contribuyendo a dar entidad a su particular microcosmos con su buen diseño de entornos y seres mecánicos y destacando sobre todo en las escenas de acción como una vibrante persecución su dibujo es una poderosa herramienta que podemos disfrutar no solo en la historieta sino además en la selección de diseños que completa una cuidada edición que además le suma un relato nuevo que expande este nuevo universo y que reflejan bien su aspiración hacia el séptimo arte.
‘Iron shoes’ es una historia que se lee en un suspiro y nos deja la sensación de haberse acabado demasiado pronto. Unos personajes con carisma que suponen un buen espejo para la denuncia social de una situación que no necesita llegar al futuro para ser real, la de aquellos niños y niñas que por la guerra, la enfermedad o el hambre se ven obligados a madurar antes de tiempo y dilemas que no desearíamos a nadie, mayor o menor de edad, son la mejor baza de una dura trama disfrutable tanto por adultos como por adolescentes y que supone buen caldo de cultivo de secuela.
Distopía de manual con fuerte carga emocional ‘Iron shoes’ es un cómic que sin embargo pide más, dejándonos deseosos de saber tanto que pasó antes como qué pasará después, prometiendo más que da en un género,la ciencia ficción, que a pesar de su popularidad no lo es tanto de la mano de autores españoles que se han criado con el pero no lo han trasladado a su obra. Un género que aunque nos lleve a otros tiempos y mundos en el fondo nos lleva a la lo que realmente nos hace humanos y propuestas como Iron shoes lo saben mejor que nadie. El futuro es ahora.
Iron shoes
- Autores: Rafael Lindem y Andrés Garrido
- Editorial: cARTEm
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 88 páginas
- Precio: 21.95 euros



