'Hoshi en un Mundo de Chicas num.1', alumnas al borde de un ataque de inercia

Situar a un personaje masculino, a veces con esa timidez que sólo se le presupone a un niño pequeño o a un adolescente nipón, otras con esa picardía fruto de pleno brote hormonal, en medio de un grupo de chicas, es de esos tópicos en los que al manga le gusta recrearse, como hemos podido leer en obras como la popular ‘Love Hina‘ o la recientemente publicada ‘Demon slayer‘. Tanto que, sin ser precisamente ‘Y. El último hombre‘ hasta este subgénero tiene un descriptivo nombre propio: el harem. Pero a pesar de que este cómic que nos ocupa tenga un título en apariencia tan revelador como ‘Hoshi en un mundo de chicas‘ el matiz es ligeramente distinto ya que nuestro protagonista es un adulto, profesor en una academia femenina (es más, todo el profesorado parece ser masculino) y aunque estamos básicamente ante una comedia, como se suele decir, puede que este no sea el humor que buscáis.

Lejos de erotismo y chistes picantes este manga opta por presentarse como un slice of life amable en torno al colegio en el que enseña el protagonista. Joven pero recto, de aspecto impecable, quizás hasta demasiado serio, aunque alguna de sus reacciones llega a sorprender, como el momento en que defiende su odio hacia el sushi, Hoshi, cuya vida privada desconocemos, se presenta como un profesor correcto, preocupado por sus alumnas pero lejos de alardes afectuosos o delirios pedagógicos en la línea de ‘El club de los poetas muertos‘. Se trata de un cómic que, sencillamente, presenta el día a día de las relaciones entre este, sus compañeros de trabajo y alumnas …aunque como el lector avezado supone siempre aparecerá esa excepción que confirma la regla en forma de adolescente tan coladita por su maestro que hasta lleva un diario sobre el día a día de éste. Aunque por suerte, y como deja adivinar el tono de la obra, lejos está de llegar a extremos a lo ‘Atracción fatal’.

Festival de humor blanco, articulado en una serie de jornadas, este cómic va presentando toda una serie de anécdotas de tono cotidiano pero que en más de un momento suma al cóctel una gotita de surrealismo. El juego de palabras encadenadas en el diario de la clase (que demuestra lo cortito que puede resultar el señor Hoshi en algún aspecto), los problemas del perro mascota de las alumnas, los motes que se ganan los maestros, el paso de los profesores por el bar (que deja traslucir un Hoshi más abierto de lo habitual gracias a nuestro amigo el alcohol) o el intento de una de las chicas de convertirse en mangaka (impecable el paso del estilo habitual del dibujante al que se supone propio de una adolescente a la hora de presentar el trabajo de la aspirante a artista) son algunos de los elementos que dan sabor a unas vivencias lejos de los romances y fantasías que suelen acompañar a los mangas de ambientación estudiantil.

Cotidianidad en estado puro su buen dibujo, de tono realista y huyendo de recursos expresivos como el superdeformed, ‘Hoshi en un mundo de chicas’, con tres volúmenes ya publicados en Japón, es una propuesta que invita más a la sonrisa que a la carcajada, añadiendo una pequeña dosis sentimental cuando menos se espera. Construidas a base de diálogos, sus tramas van profundizando en sus personajes sin prisa, logrando que poco a poco se vayan ganando las simpatías del lector. Un manga de ritmo pausado, que se paladea poco a poco y conquista a igual velocidad. No se trata de esas obras que hipnotiza en sus primeras páginas, pero con parsimonia nos va dejando el gusto de las historias sencillas, de esa rutina que a pesar de la familiaridad con la que se nos presenta todavía puede sorprendernos.