‘Historias inconfesables’, sexo con estilo y elegancia

¡Ah!, ¡los prejuicios!…esas molestas fronteras que en no pocas ocasiones nos acosan y derriban para que no nos acerquemos en un momento dado, por mucho que el motivo pueda ser de lo más peregrino, a una obra concreta. Y si el discurrir diario está plagado de pequeños momentos que, aunque no nos demos cuenta, abrazan sin temor nuestros más ocultos prejuicios, es cuando se trata de esa necesidad primaria y fundamental de la naturaleza humana que es el sexo, cuando todos alzamos envalentonados nuestro escudo más sólido y nos dejamos encorsetar por nuestra condición hasta el punto de perder todo atisbo de respeto hacia otras prácticas sexuales tanto o más válidas que aquella a la que nos arrimamos.

Sirva la parrafada anterior a modo introductorio ante los muchos prejuicios que siempre rodean al cómic erótico o pornográfico como una forma menor de expresión artística dentro de esa forma menor de disciplina bajo la que se sigue clasificando al noveno arte en comparación con sus hermanos y hermanas «mayores». Demonizado por tratar un tema tan tabú como parece que sigue siendo el sexo (poco importa que estemos en el siglo XXI si de lo que tenemos que hablar es del arte del folleteo en sus mil variantes), me gustaría que estas líneas pudieran romper una lanza en favor de una forma de hacer cómic tan digna como los superhéroes, el seinen manga o la bd más aplaudida, que tiene su público y de la que, como en cualquier otro género del tebeo, despuntan ciertos títulos a los que, honestamente, vale la pena acercarse.

Uno de ellos es, no cabe duda, ‘Historias inconfensables’, un volumen escrito con pasión por la estrella francesa del cine para adultos Ovidie y dibujado con singular talento por un Jérôme D’Aviau que hace suyos cada uno de los relatos cortos que componen esta reducida mirada al vasto cosmos de la sexualidad humana. Una mirada que no por escueta se antoja menos universalista, máxime cuando en estas excitantes páginas podemos encontrar desde sexo casual hasta tríos insólitos pasando por una soterrada homosexualidad tapada con homofobia, dominación o un vistazo a los «peligros» de las nuevas tecnologías. Basadas todas en hechos reales, según confiesa su guionista, la honestidad con las que están narradas y la sensualidad que desprende la línea de D’Aviau hacen de ‘Historias inconfesables’ un inesperado lugar para sacudirse el polvo del camino y adentrarse en un sesgo del noveno arte que esconde más genio del que estaríamos dispuestos a admitir. ¡Ah!, ¡los prejuicios!…