'Heroes Return: Thunderbolts 2', en tierra de héroes

En pleno boom de villanos redimidos, en tiempos en que los que es fácil que la némesis pase a ser aliado en un pestañear, algo de lo que no se libran ni Batman y el Joker como sucede en una de sus últimas miniseries, el dúo mortífero, una evolución como la que presentaron los Thunderbolts, allá por los 90, no resultaría tan sorprendente hoy día. Y eso que como dejo muy claro su primer tomo, los Vengadores han acogido en su seno a antiguos villanos, aunque quizás no tan malvados en inicio como estos Señores del Mal escondidos tras la máscara de los Thunderbolts, con héroes como Mercurio o la Bruja Escarlata para muestra.

Tras un primer tomo que se abría con esa auténtica sorpresa de que los nuevos héroes que habían llegado para cubrir el puesto de los desaparecidos (aunque por supuesto no fue por mucho tiempo) Vengadores y Fantásticos eran en realidad villanos que ni siquiera pretendían redimirse sino que usaban su superheroica tapadera para dar el gran golpe y que nos llevaría por todo un viaje bajo la amenaza de ser descubiertos el segundo es una perfecta continuación tras ese gran cliffhanger que fue la repentina y en aquel momento inexplicable desaparición del grupo ante los ojos de los atónitos héroes verdaderos. Algo que descolocaba todavía más cuando los antiguos Señores del Mal se habían enfrentado al mismo Zemo y parecían más que dispuestos a rendirse y afrontar las consecuencias.

‘Thunderbolts: Los más buscados del mundo‘ arranca en este preciso momento. Arrebatados a uno de esos planetas poblados por alienígenas con malas pulgas tan caros a la casa de las ideas, Kosmos, nuestros antihéroes se enfrentan a un entorno hostil mientras evalúan que hacer ahora que hacer ahora que todo ha quedado al descubierto. Mientras Piedra lunar, alias Meteorito. se perfila cada vez más como una fría mente calculadora que sólo se deja llevar por sus propios intereses y el Barón Zemo, lejos dd rendirse y acompañado de un Tecno todavía prisionero de un cuerpo artificial, se enfrenta a la aparición de alguien que reclama ser el auténtico Ciudadano V. Estamos ante un tomo lleno de acción y no carente de sorpresas en el que aparecerán nuevos enemigos como los Pararrayos, Gravitón o un Hulk con sorpresa así como un nuevo y nutrido grupo que reclama para sí el título de Señores del mal pero que también pondrá a prueba los límites morales de sus protagonistas, algo a lo que sin duda contribuirán las reacciones de sus antiguos admiradores y aliados. Aunque si algo queda claro es que la experiencia como falsos héroes ha marcado a fuego a nuestros protagonistas.

Los Thunderbolts se revelan como auténticos personajes en tierra de nadie. Con un pasado demasiado oscuro para ser considerados héroes, con un presente demasiado heroico para seguir siendo villanos la aparición casi a mitad del tomo de un vengador clásico (y no, no es la Viuda negra aunque tuvo más de una aparición en el primer arco. No será el unico por estas páginas) pondrá patas arriba de nuevo su mundo pudiendo abrir definitivamente la puerta a un futuro en el lado del bien.

Con el buen hacer de los padres del invento, unos Kurt Busiek y Mark Bagley que siguen mostrando su tino en cada página, aunque se sumen a la fiesta artistas como los autores del número que cierra el tomo y que nos deja nuevamente un desenlace muy abierto, Joe Casey y Leonardo Manco, este arco logra dejarnos con ganas de más, consiguiendo demostrar, dejando ambigüedades aparte, cómo crear un buen grupo de héroes, entre el idealismo y la oscuridad.

‘Thunderbolts: Los más buscados del mundo’ es una más que digna continuación de los temas planteados en ‘La justicia como el rayo’. Una entretenidísima propuesta con un gran sentido del ritmo y unos personajes que crecen en cada número. Lejos ya de la gran sorpresa que supuso el primer número de la colección, ‘Thunderbolts’ se revela como un cómic de corte clásico, que en espíritu nos recuerda un poco a esos mutantes de los 80 obligados a vivir en la clandestinidad, pero que que en estos números se afianza por derecho propio. Una obra que engancha, a la que esta edición de Panini en gran formato, con tapa dura y un buen puñado de extras para rematar hace justicia. Un placer para aquellos que no lo disfrutaron en su día y para los muchos que sin duda querrán recuperarlo. Lejos aún de esa incorporación al MCU con una anunciada formación que nada tiene que ver con la que disfrutamos en estos cómics, los Thunderbolts no necesitan excusas fílmicas para disfrutarse. La certeza llega como un rayo: imprescindible.