'Harley Quinn. Come, dispara, mata: la gira', novias a la fuga

En ese rifirrafe que llevan durante décadas y llevarán mil más Marvel y DC en materias ajenas al noveno arte como es el cine, la cosa está complicada, entre los grandes clásicos de Superman y Batman y las entretenidísimas primeras fases del UCM (dejemos en el tintero estos últimos años en los que parece ninguna da pie con bola). Pero en cuestión de animación más allá de ese ‘Spiderman: un nuevo universo‘ que hasta se ganó un Óscar, la voz cantante siempre la ha llevado DC. Su última gran incorporación ha sido sin duda la serie protagonizada por Harley Quinn. Alocada, sin pelos en la lengua, con una envidiable cohorte de secundarios y un ritmo endiablado se habló más de ella por su participación como dobladora de Kaley Cuoco que por sus propios méritos, esta serie animada sabe sacar lo mejor de un personaje que ha crecido mucho en los últimos años y, cómo se olerán aquellos que ya han disfrutado de ‘Las aventuras de Batman‘, ese cómic que retoma el estilo de esa maravilla que es ‘Batman: la serie animada‘, ha llegado la hora de que la Harley televisiva llegue a su entorno natural: la viñeta. Aquí está ‘Harley Quinn. Come. Dispara. Mata: La gira‘.

Este volumen que recoge la totalidad de la miniserie homónima retoma la historia en el momento justo en que se acaba la segunda temporada constituyendo una suerte de puente con la tercera temporada de la serie. Cómo recordarán aquellos que hayan disfrutado de la segunda al final una Hiedra venenosa que ha huido de su propia boda con Kite man, un secundario patético al que se le acaba cogiendo cariño y todo, y su dama de honor, Harley Quinn, escapan de un Comisario Gordon que se ha jurado ponerlas entre rejas tras dejar Gotham en estado catastrófico. Tras una larga fase de tensión sexual sí resuelta (me refiero a la serie de dibujos por supuesto. Nada de esto es nuevo ya en los cómics) ambas fugitivas al más puro estilo ‘Thelma y Louise‘ se embarcan en una road movie de manual en la que no faltarán encuentros con habituales como Catwoman, Robin o del mismísimo Batman hasta que se encuentran con un nuevo reto, un apestoso (esto no es metáfora) villano llamado Mefitico que amenaza con contaminar el agua de varias ciudades y al que Pamela no va a vacilar en enfrentarse, y más cuando la propia Harley esté en peligro.

Una historia que conecta perfectamente con la serie y sabe mantener su espíritu con inteligencia. Pero eso sí, aunque no es necesario al cien por cien haberla visto antes, no dejando especiales lagunas para aquel lector que se tire a la piscina desde cero, este cómic se disfruta muchísimo más si conocemos el referente original. Su buen dibujo, además de respetar el diseño de los personajes originales, sabe embutir toda la agilidad y dinamismo a una obra con mucho de comedia y hace de este uno de esos cómics que llama la atención desde la misma portada, con páginas tras hermosas como aquellas en las que Hiedra Venenosa se pierde en sus pensamientos y reflexiona sobre su pasado y su posible futuro con Harley.

Harley Quinn. Come, dispara, mata: la gira (un título que en versión original remite con más fuerza a ese ‘Come, reza, ama‘ que defendían la novela y película homónima) es un cómic que aunque arranca con fuerza la pierde ligeramente a mitad del relato, dirigiéndose a terrenos más convencionales. Revelando sus mejores armas cuando se pierde en la intimidad de sus enamoradas protagonistas este cómic es de esos que entusiasma a los fans del personaje pero que quizás deje más fríos a aquellos que simplemente buscan un rato de entretenimiento, algo que sin duda van a encontrar, pero no tan intenso. Entre el caramelo para fans y la visita a la parte más loca del universo Batman, esta es una buena continuación de la serie animada de Harley que anima a verla si no se ha hecho antes o incluso a repetirla. Televisión o noveno arte: con cómics así resulta difícil renunciar a uno de los dos.