Otra vez. Lo ha vuelto a hacer. Junji Ito consigue remover algo en nuestro interior con cada nueva referencia que aparece en nuestro país. Cuando la editorial ECC anunciaba que ampliaba su propuesta comiquera haciéndose con algunas licencias manga de lo más jugosas, muchos empezamos a frotarnos las manos al ver que los desagradables tebeos firmados por Ito volverían a estar disponibles.
Para todo aquel que conozca el trabajo del mangaka gracias a otras obras como ‘Uzumaki‘, ‘Tomie‘ o, la más reciente, ‘Black Paradox‘, sabrá lo que le aguarda tras esta ‘Gyo‘. Un ligero vistazo a las portadas de los dos volúmenes que la componen y ya encontramos muestras más que evidentes que la repulsión y la sordidez serán el motor principal que mueva la inquietante narración que nos brinda el autor nacido en Gifu.
Muchos son los autores japoneses que han encabezado todo un movimiento terrorífico que ha inundado el manga desde hace algunos años. Alejándose, un poco, de otros colegas de profesión considerados como la parte más hard core de este nuevo género (Hideshi Hino, Suehiro Maruo y Shintaro Kago), Ito tira por la vertiente más “comercial”, siendo esta comercialidad algo a lo que aquí, en occidente, no estamos muy acostumbrados.
‘Gyo‘ evoluciona de manera impactante a lo largo de sus casi 400 páginas. Lo que más puede llegar a llamar la atención es que una primera idea aporta una impresión que, con el avance del guión, empieza a alejarse de lo que en un principio creíamos que iba a ser. Explicación. Una pareja se encuentra de vacaciones en una zona costera cuando de repente entre en escena una extraña criatura: un pescado con unas extrañas patas que permiten su movilidad fuera del agua. A esto añadimos el desagradable olor que despide el bicho en cuestión y que no para de atormentar a la protagonista.
¿Ya está? ¿Eso es todo lo que nos va a ofrecer ‘Gyo‘? Para nada. No vamos a seguir contando nada de la descabellada trama ya que el final de la historia nos deja con la mandíbula a escasos centímetros del suelo. En varias entrevistas, Ito, ha declarado que este relato está inspirado claramente en ‘Tiburón‘, la obra maestra filmada por Steven Spielberg. ¿Qué puede dar más miedo que un ataque de un tiburón en el agua? Muy sencillo. Un ataque de un tiburón en tierra. ¿Es o no es para sentirse orgulloso de Ito?
Pero no acaban aquí las influencias de la obra ya que, a poco que se hojeen ambos volúmenes, otro nombre aparece de manera irremediable en nuestra mente: H. P. Lovecraft. Las ilustraciones de Ito no dejan lugar a dudas, esos pescados, esas patas, esos cuerpos retorcidos… Todo tiene una evidente influencia del maestro del terror sobrenatural, algo que el japonés no hace ni el intento de esconder.
‘Gyo‘ es un viaje bastante alocado que sorprende al lector con cada nueva idea que aparece al pasar la página. Que nadie se espere una historia trascendental ni compleja, Ito no es de esos, ya que prefiere hacernos sentir molestos cada vez que aparece alguna escena extrema de esas que tan bien maneja, algo a lo que ayuda bastante su trazo detallado y, en ocasiones, sucio. Prepárense para un viaje hacia el corazón de lo enfermizo y la repugnancia no apto para estómagos débiles.
[Grade — 9.00]
Gyo vols. 1 & 2
- Autores: Junji Ito
- Editorial: ECC Ediciones
- Encuadernación: Rústica
- Páginas: 200/208
- Precio: 7,95 euros c/u
Yo la verdad es que aun ando un poco traumatizado despues de leer Uzumaki, pero he de reconocer que me gustó (más el principio que el final). Lo único que mientras lo lees te preguntas que demonios debe de pasarle a este hombre por la cabeza para que tenga semejantes ideas.
Seguro que si hacen una cuenta de las veces que el prota dice «What the hell?» en el manga se sale de la escala. Que «Puajjjj» (iba a decir inquietante, pero se queda bastante corto)
Pues a mí me han dejado bastante frío tanto Black Paradox como este GYO: en mi opinión no están a la altura de Uzumaki en lo que al guión se refiere; en cuanto al dibujo, el dibujo de Ito sigue siendo soberbio.
Y para historias enfermizas las de Shintaro Kago, autor especialmente desagradable en su plasmación de lo escatológico y visceral y con propuestas muy originales en lo que al guión se refiere.
Un abrazo, Mario.