La sorpresa no es que Planeta recupere Gotham Central, serie de la que pudo editar su parte final, sino que lo haga con un tomo recopilatorio de 344 páginas en el que aparecen las tres primeras sagas de la estupenda serie policíaca escrita por Ed Brubaker y Greg Rucka y dibujada por Michael Lark. Además, con un precio relativamente asequible que, en todo caso, no debería echar a ningún lector atrás.
Si repito el tópico, Gotham Central es como una Canción Triste de Hill Street en medio de la ciudad del mejor detective del mundo; o sea, las historias de unos policías en la ciudad con más psicópatas por metro cuadrado. De cómo se enfrentan al duro día a día y de cómo hacen su trabajo cuando saben que, al caer la noche, Batman podría resolverlo sin apenas esfuerzo (y, por tanto, negando la razón de ser de cada agente de seguridad) es de lo que habla Gotham Central.
La serie, por tanto, de superhéroes no tiene nada. A veces, sólo las fugaces apariciones de Batman, muchas veces no para resolver los casos como un deus ex machina cualquiera, sino para dejar en evidencia o complicar el día a día de cada agente de la Unidad de Crímenes Mayores de Gotham.
Servir y proteger es la mejor manera de entrar en la serie porque, por un lado, recopila los primeros capítulos y, por otro, los cómics que hay en este tomo se cuentan entre lo mejor de la serie y son lo más fresco que ha salido de la franquicia de Gotham desde hace tiempo.
Decía antes que el tópico dice que Gotham Central es como una Canción Triste de Hill Street en medio del mundo de Batman. Pero no sólo eso: es también género negro con todas las consecuencias, con agentes corruptos, criminales obsesivos, diálogos chispeantes, casos sin resolver que atormentan a los personajes, mucha tragedia y una atmósfera que más que turbia es pantanosa.
Michael Lark, en este sentido, dota a la serie de una ambiente brutal: hay escenas en la comisaría donde se toca la frustración del día a día en Gotham. La tragedia no sólo se lee en las bocas de personajes como Renée Montoya, sino que se palpa gracias al dibujo de Lark, que da aquí su verdadera talla.
De Ed Brubaker poco hay que decir: es uno de los mejores guionistas de la actualidad y cuando se arrima a lo policíaco, lo borda. Además, aquí se alió con un Rucka en estado de gracia, capaz de tratar la homosexualidad con un villano como Dos Caras de por medio, que tiene en Media Vida (una de las historias del tomo) algunas de las mejores páginas de su carrera. Quizás las mejores, puesto que luego se ha revelado como un guionista más rutinario.
En todo caso, y aunque en España ya leímos estas historias cuando las editaba Norma, ahora son compra obligada para quienes aún no las tengan. Hay mucho y muy bueno en Gotham Central: Servir y proteger, quizás varias de las mejores razones para confiar en que las grandes editoriales USA pueden aún dar grandes historias.
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