A raíz de los comentarios en el análisis del primer tomo de ‘X-Men Forever’ he pensado que quizás sea buena idea adentrarnos en un concepto que tantos quebraderos de cabeza ha dado a lectores, autores y editores de las principales editoriales de cómic: la continuidad. La continuidad no es un concepto propio de los comics, sino que es común a la ficción en general: sagas de libros, películas y sobre todo series.
La continuidad es un esfuerzo por dar coherencia a los personajes, objetos y sucesos a lo largo de un dilatado periodo de tiempo. Es decir (simplificando mucho las cosas) que si en un episodio de cualquier obra un personaje se corta el pelo, en el siguiente salga con el pelo corto. Parece una tontería si hablamos de una serie o una trilogía literaria o cinematográfica, pero si hablamos de sagas más grandes, como ‘Star Trek’ o los universos Marvel o DC nos encontramos con un pilar fundamental.
De hecho es tan importante que hay gente cuyo trabajo consiste en supervisar los guiones intentando hallar errores en la continuidad o canon de la saga. Os recomiendo, por ejemplo, que escuchéis la entrevista que hicieron en Fuera de Órbita a Richard Arnold, embajador de Star Trek, donde hablan precisamente de su trabajo como «vigilante de la continuidad».
Trasladándonos al cómic nos encontramos con que la continuidad es el medio por el cual los superhéroes han ido viviendo aventuras juntos, evolucionando y encontrándose a lo largo de su historia aunque sea a través de cameos. De hecho hubo una época en el que parecía que en Marvel tenían puesto un calendario gigante en el que estaban anotados donde estaban cada uno de los superhéroes en ese preciso momento.
Así pues era muy común (ahora ya no tanto) que si Spiderman y Daredevil se encontraban en una de las series del primero, Daredevil recuerde el encuentro (aunque sea solo nombrarlo) en su colección. No eran crossovers pero eran gestos que daban consistencia al Universo Marvel como un sitio de lo más normal en el que pasaban muchas cosas y los héroes estaban conectados entre sí. Otro ejemplo que me gusta comentar es que si en Manhattan se desataba una tormenta de nieve que forma parte de una trama de Thor, las colecciones de los héroes afincados en la gran Manzana son testigos de que está ocurriendo dicha nevada.
Retcon – Retrocontinuidad
El máximo enemigo de la continuidad es la retrocontinuidad, también conocido como retcon. El retcon consiste en la reescritura o inclusión de sucesos en la historia de un personaje o una saga que no fueron contemplados en la continuidad hasta ese momento y que pasarán a ser relevantes a partir de entonces. Vamos, que son de estas cosas que sirven para enloquecer hasta al lector más avezado.
Por ejemplo, cuando se revisa el origen de un personaje se suelen incluir nuevos elementos o cambiar algunas cosas. Pues bien, a partir del momento de la publicación de esa historia esos elementos pasan a formar parte de la continuidad del personaje siempre y cuando se considere que la historia forma parte del canon oficial.
Un ejemplo lo tenemos con las colecciones de DC de mediados de los ochenta. Tras ‘Crisis en Tierras Infinitas‘ y la unificación de los principales personajes de la editorial en un mismo universo se hacía necesario narrar de nuevo los orígenes de los principales personajes adaptándolos a la nueva DC así Frank Miller realizaría un magnífico ‘Batman: Año Uno‘ y John Byrne haría lo propio con Superman en ‘The Man of Steel‘.
Pero mientras que el retcon puede tener un propósito bueno, también es verdad que la mayoría de las veces es una justificación para que el autor o la propia editorial pueda hacer lo que le dé la gana con el personaje sin quitarle coherencia. El último ejemplo que tenemos de esto es ‘Un día Más‘ en el que Joe Quesada borraba, a través de Mefisto, varios elementos de la continuidad de Spiderman como por ejemplo, el matrimonio con Mary Jane, la muerte de Harry Osborn, la identidad pública de Peter Parker como Spiderman…
El Multiverso Marvel
Para terminar con este articulillo y ya, que he empleado la continuidad marveliana como ejemplo y ‘X-Men Forever’ como detonante, voy a hablar del universo Marvel. Marvel, al igual que DC tiene, además del universo que podríamos llamar «clásico», un sinfin de universos paralelos en el que transcurren varias líneas y series de la editorial. Repasemos las más importantes:
* Tierra 616: El universo Marvel «clásico», establecido en 1961 con la aparición de Los 4 Fantásticos, es en el que transcurre la continuidad «normal» y las principales series de Marvel.
* Tierra 1610: Universo Ultimate.
* Tierra 161: Tierra «Forever», en donde transcurre ‘X-Men Forever’ y sucedáneos.
* Tierra 295: La Era de Apocalipsis. Un mundo en el que Charles Xavier fue asesinado accidentalmente por Legión antes de que Xavier fundase La Patrulla-X.
* Tierra 311: 1602. Tierra en el que la Era de los héroes ocurre en 1602 en vez de en el siglo XX.
* Tierra 555: New Universe de ‘NewUniversal’ de Warren Ellis y Salvador Larroca, el anterior New Universe (de Jim Shooter) se encuentra en Tierra 148611.
* Tierra 811: Tierra de ‘Días del Futuro y del Pasado’ (Uncanny X-Men #141)
* Tierra 928: Universo 2099, una línea de comics realizada a mediados de los 90 en el que se presentaba versiones futuras de los héroes y villanos Marvel.
* Tierra 982: Tierra de la línea casi extinta MC2. Hogar de Spider-girl (la única de esta línea en publicación) o los Cinco Fantásticos.
* Tierra 1218: Nuestra realidad.
* Tierra 2149: Marvel Zombies.
* Tierra 2301: Mangaverso, en el que existen las versiones manga de los superhéroes Marvel.
* Tierra 7207: Tierra de la línea Noir, ambientada en los años 30.
* Tierra 9602: Universo Amalgama, en el que se mezcla Marvel y DC.
* Tierra 9997: Tierra-X, en donde transcurre el universo creado por Alex Ross.
* Tierra 58163: Dinastía de M.
Y esto sin olvidarnos de otras dimensiones como la de ‘Heroes Reborn’, la Zona Negativa o el Microverso.
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