Durante las décadas de los 60 y los 70 hablar del Bronx era sinónimo de violencia, bandas callejeras y pobreza extrema. El que durante años había sido un distrito relativamente próspero, donde convivían muchos de los emigrantes que llegaban a Nueva York —irlandeses, italianos, judíos, alemanes—, se convirtió en un lugar donde cada día era una nueva prueba de supervivencia. Buena parte de culpa la tuvieron los faraónicos planes urbanísticos de Robert Moses, que en su afán por construir la mega-autopista Cross Bronx Expressway provocó el desalojo y la demolición de barrios enteros, el realojo de innumerables familias, y el progresivo abandono de una zona por la que ningún político parecía sentir especial preocupación. Portorriqueños y afroamericanos fueron las principales víctimas de este plan, hacinados en gigantescos bloques de viviendas sin acceso a los servicios más básicos. Fue en ese ambiente de miseria y violencia, de edificios ruinosos e incendiados, donde se crió Benjamin Melendez, el protagonista de esta historia, que llegó a la ciudad en 1963 con su familia emigrada desde Puerto Rico.
Recién entrado en la adolescencia, Benjamin, más conocido entonces como Yellow Benjy, comprendió que la única forma de disfrutar de cierta seguridad en las peligrosas calles del South Bronx pasaba por entrar a formar parte de una banda. Así, tras pasar por un cruel rito iniciático ingresa en los Cofon Cats, a los que empieza a considerar como su propia familia. Tiempo después decide dar un paso adelante y fundar su propia banda en compañía de sus hermanos: los Ghetto Brothers, que con los años se convertiría en una de las bandas callejeras más emblemáticas del Bronx. Al principio las peleas con los miembros de otros grupos eran habituales, y las perspectivas de futuro para estos jóvenes de barrios marginales no eran precisamente halagüeñas. Pero en diciembre de 1971, un acontecimiento cambió por completo la forma que tenía Benjamin de ver la vida. Tras enviar a uno de sus compañeros, Black Benjy, a interceder en una pelea entre varias bandas, el joven es asesinado por el atrevimiento de plantear la paz entre aquellos enemigos jurados. Su tocayo, Benjamin, comprende entonces que la violencia no conduce a ninguna parte y comienza los preparativos para una conferencia de paz entre bandas, que se celebró en un polideportivo de Hoe Avenue el 8 de diciembre de ese mismo año. Esta reunión, que trajo la paz al Bronx durante unos años, y que fue el germen de nuevos movimientos juveniles de carácter más positivo que desembocaron en la cultura hip hop, se convierte en el centro neurálgico de esta novela gráfica.
Narrado en primera persona, el cómic nos cuenta la vida de Benjamin Melendez en base a las numerosas entrevistas que mantuvo con él el escritor alemán Julian Voloj, asentado desde hace años en Nueva York. Sumado al descarnado estilo de la pintora e ilustradora Claudia Ahlering, el resultado es esta obra que repasa una época trascendental en la evolución del South Bronx, que en las últimas décadas ha recuperado parte de su esplendor de antaño. Es una historia donde tienen cabida multitud de temas. El primero de ellos, por supuesto, la inmigración y las tremendas dificultades que padecen los expatriados a la hora de integrarse en un país nuevo. También es una historia de superación personal, de resistencia ante la adversidad, y un retrato de aquellos jóvenes consumidos por las drogas y la violencia que en el fondo solo necesitan que la sociedad deje de considerarlos invisibles para poder salir del agujero y aprender a resolver sus problemas por métodos pacíficos. Es, además, una historia sobre la identidad personal, sobre el retorno a las raíces, personificado por el propio Benjamin cuando descubre su herencia judía y empieza a investigar el pasado de su pueblo, desde que fue expulsado por los Reyes Católicos a finales del siglo XV.
La voz narradora de ‘Ghetto Brother’ nos habla con la honestidad de quien ha llegado a conocerse a sí mismo, de quien se ha reconciliado con su pasado y sabe que su historia puede inspirar a otros. Es posible que en el cómputo global de las cosas, y en la joven pero intensa historia de un país como Estados Unidos, el hecho de que un puñado de jóvenes hispanos y afroamericanos fueran capaces de aparcar sus diferencias para abrazar la paz no resulte demasiado vistoso. Pero su ejemplo y su mensaje se ha extendido entre las generaciones posteriores, transformó la ira y la desesperación en una fuerza creativa que dio lugar a uno de los géneros musicales más destacados del último cuarto del siglo XX, y aunque solo sea por eso, es de agradecer que existan obras como esta para dar testimonio de lo que ocurrió en las calles del South Bronx durante esos turbulentos años.
Ghetto Brother: Una leyenda del Bronx
- Autores: Julian Voloj y Claudia Ahlering
- Editorial: Sapristi Cómic
- Encuadernación: Rústica con solapas
- Páginas: 120
- Precio: 16,90 euros