Atendiendo a lo que pudimos leer de ella en los dos volúmenes que hasta ahora le había publicado Astiberri —a saber, ‘Gazpacho agridulce’ y ‘Andaluchinas por el mundo’— no puedo afirmar que lo que esperaba de lo nuevo de Quan Zhou Wu fuera mucho. A lo sumo, un entretenimiento algo dicharachero como el que la Algecireña había enhebrado en sus dos primeras obras y poco más. Prejuicios, que suelen llamarles. Quizá por eso, quizá porque la artista recurre a otro tipo de lenguaje en este doble salto que es ‘Gente de aquí – Gente de allí‘, acaso porque los tres años que han transcurrido desde su segundo trabajo han dado para un salto de madurez espectacular en cómo plasmar una idea…sea como fuere, el caso es que lo que tenemos aquí es una lectura de las que «hay que hacer sí o sí». Una lectura que, bajo una doble perspectiva tremendamente locuaz, algo cínica y con una profunda carga de honesta mordacidad, nos habla a españoles de «verdad» y a españoles «no tan de verdad» de lo que realmente significa «ser de aquí» o «ser de allí».
Parte del discurso de Wu, esa parte que se queda en nuestra capacidad de reflexión y que es la que, en última instancia, engrandece aún más lo que la «andaluchina» expone en estas portentosas páginas cargadas de humor —porque nada mejor que el humor para calar de inmediato en el ánimo del lector y que el mensaje quintuplique la fuerza de sus intenciones—, reside en que, partiendo de la reflexión local, el mensaje que termina enarbolando ‘Gente de aquí-Gente de allí’ sea de una UNIVERSALIDAD contundente y categórica, pudiendo aplicarse las idiosincrasias de la mentalidad española acerca de la torva mirada que muchos compatriotas ejercen ante «el de allí» a cualquier otro país del mundo. Porque, le duela a quien le duela, somos todos de la misma especie y, ni rasgos faciales ni culturales pueden cambiar ciertos tropos asociados a eso de ser humanos.
Las reflexiones que Wu va cosiendo en las dos mitades de su todo quedan puestas en valor por unas páginas en las que el texto prima sobre la imagen —cuidado, que no he dicho que esto no es un cómic, es un ensayo ilustrado con mucho tino— sin que, incluso cuando se prescinde de ésta y sólo se recurre a aquél, se vea comprometida la arrolladora fuerza del mensaje de empatía, respeto por el otro, cordialidad y entendimiento de lo que este mundo necesita para ser un lugar mejor. Tan bien están planteados los mensajes, con tanta claridad hilvanado el discurso y tan claras son las reflexiones a las que mueve y las conclusiones que hemos de sacar de ellas que, como docente, tengo claro que ‘Gente de aquí-Gente de allí’ va a ser un vehículo muy recurrente en mis futuras charlas con unos adolescentes que, en esta instante en el que vivimos, con tanto mensaje populista y xenófobo a la vuelta de la esquina —os sorprendería saber hasta que punto ha calado la extrema derecha en el sentir de muchos de mis alumnos—, necesitan más que nunca entender que ni «de aquí» ni «de allí», que ambos términos apuntan a un mismo sitio, nuestro mundo, y que si asumimos nuestras diferencias culturales como parte de lo que nos hace grandes, y entendemos que, más allá de ellas, no nos diferencia nada, estaremos trabajando por construir un mejor mañana para las generaciones de nuestro hoy.
Por dejarlo tan claro, por ser una voz que se alza con tanta personalidad y de manera tan elocuente en medio de un panorama no pocas veces desolador y, por supuesto, por las risas, te damos las gracias Quan Zhou y te animamos, desde esta humilde bitácora, a que no ceses en tu empeño de aleccionar sobre un mensaje que, a estas alturas de la película, jode tener que estar repitiendo con el ahínco con el que muchos lo hacemos.
Gente de aquí – Gente de allí
- Autores: Quan Zhou Wu
- Editorial: Astiberri
- Encuadernación: Rústica con solapas
- Páginas: 208 páginas
- Precio: 20 euros