‘Galdós y la Miseria’, de lo mejor de 2020

Cuando un autor tiene tras de sí un recorrido tan sólido como el de El Torres, uno no sólo está exento de cualquier tipo de prejuicios ante lo que sea que tenga en cartera, sino que aguarda con expectación suma el anuncio de cualquier proyecto que abunde en una tebeografía portentosa, sobre todo cuando se ha acercado al género de terror o, por supuesto, en esas prodigiosas instancias que fueron las miradas sobre el legado de Gaudí o la figura de Goya. Y, a tenor de lo que encontramos en este volumen que Nuevo Nueve nos hacía llegar con el año casi tocando a su fin, parece que el guionista malagueño le ha cogido el gusto a eso de colocar a figuras históricas de nuestro país como centro de sus tramas, eligiendo ahora al padre de los ‘Episodios Nacionales‘ como el centro de un viaje asombroso al Madrid de principios del s.XX.

Como el propio autor aclara en unas imprescindibles páginas finales, ‘Galdós y la Miseria‘ no es una obra biográfica, al menos no nace con esa intención y, para ello, ficciona considerablemente a lo largo de sus casi 100 páginas, tomando elementos de la vida de Benito Pérez Galdós y mezclándolos con personajes y situaciones ficticias para hacer de la lectura un hecho estimulante y rico en sub-tramas y caracteres ante los que caer rendido. En el centro de todos ellos están, por supuesto, tanto un literato envejecido y casi ciego que mira hacia atrás con considerable nostalgia mientras ve como lo que le queda de vida se le escapa entre los dedos, como Elena, una joven mendiga cuyo pasado oculta más de una sorpresa y que, educada y leída, irrumpirá en la vida de Galdós y, por supuesto, será la que sirva a El Torres para insuflar de ese halo de misterio que tanto gusta el guionista a unas páginas que de principio a fin mantienen enganchado al lector, ya por la simple curiosidad de saber cómo se resolverá todo el entramado —aunque, aviso, este no es más que el primero de dos volúmenes, así que tocará esperar a que ¿a finales de este año? nos llegue el segundo— ya por lo que se siente como fidedigna reconstrucción de una época y su habitantes.

A eso último ayuda, aunque también sepamos por mano del autor que no es del todo certera, el habla que El Torres pone en boca de sus personajes, recurriendo a modismos y vocabulario que nos retrotrae de manera inmediata al pasado de hace poco más de un siglo. Un pasado que en los lápices de Alberto Belmonte y, sobre todo, en una cuidada paleta cromática de elocuentes tonos apagados, también encuentra ajustada recreación de una capital grisácea plagada de gentes grisáceas. La forma en la que el artista maneja la narración con claridad suma, lo distinguible de su diseño de personajes y el ajuste de relojería que se produce entre su responsabilidad y aquella que compete al guionista, hace de ‘Galdós y la Miseria’, y eso es algo que ya apuntamos en el cierre del año —y hemos vuelto a incluir en el titular— una de las lecturas más estimulantes de todo el 2020.