Queda muy bien eso de decir que la ciencia es nuestra amiga y es innegable que sus avances han hecho en muchos aspectos de este un mundo mejor pero tampoco podemos negar que hay algo en el inconsciente colectivo que en inicio nos hace recelar de cualquier cosa que salga de un laboratorio. Tanto que hasta en el terreno del fantástico además de todas las perversiones del campo de la ciencia ficción el terror tiene todo un híbrido subgénero propio, el del mad doctor, con individuos cuyas creaciones van del inmortal monstruo de Frankenstein a la andrógina criatura de Splice. En esta órbita se mueve ‘Funny labs‘, una recopilación de historietas previamente aparecidas en Internet que resulta tan divertida como perturbadora.
En realidad esta obra podría llamarse Ketchup y Mostacho, pues tal es el nombre de sus protagonistas. Un dúo cómico de manual compuesto por un individuo de pocas luces y un cascarrabias que, sinceramente, tampoco parece tener muchas y que están destinados a protagonizar toda una serie de jocosas aventuras para el deleite del lector. Bueno, o quizás no. Porque desde la primera página descubrimos que Ketchup y Mostacho son dos seres artificiales nacidos en un laboratorio destinados a convertirse en una franquicia generadora de grandes ingresos, sólo que la ingeniería genética que los ha creado está todavía en pañales y los resultados lejos están de lo esperado, dando lugar a todo un festival de gore descafeinado (porque como bien saben los vendedores de compresas si el líquido no es rojo la cosa no resulta tan violenta…y la de nuestros pequeños héroes es verde) que sorprende desde esa primera historieta en la que la prueba de presentación con cabecera acaba con sangriento desenlace.
Obra que sabe hacer suyos muchos de los tópicos de la ciencia ficción más chunga partiendo de ese motor que es el experimento que sale rana, pero sin hacer ascos a guiños que nos remiten, aunque en este caso sean seres orgánicos, a esa larga tradición de androides y robots que adquieren conciencia de sí mismos (el lector veterano ya intuye por dónde irán los tiros) o ese toque escatológico que a más de uno le hará pensar en ‘Hasta que el destino nos alcance‘, su trama, entre lo episódico y lo lineal, sorprende. Su humor negrísimo, malsano, con especiales de Halloween incluidos, no es para todos los públicos, pero engancha. Aunque por poner un pero encontraremos algún gag repetitivo (como el de los títeres que descubren que bajo su torso no se encuentra precisamente una mano), pero eso no resta fuerza a un ‘Funny labs’ que consigue generar las mismas carcajadas que un episodio de Rasca y Pica o los Happy tree friends pero además inquietar a un nivel inesperado, presentando un hipotético futuro que en pleno boom de las IAs desatada se antoja demasiado cercano.
Ivanper, un viejo conocido de publicaciones como ‘El jueves‘, siempre ha mostrado cierta querencia por los personajes un tanto surrealistas como la monstruosa familia de ‘Los espeluznantes Pérez Gil‘, pero con una creación como ‘Funny labs’, aún manteniendo un estilo visual al que nos ha acostumbrado en títulos como ‘Robocracia‘, consigue una de las cumbres de su trayectoria hasta el momento. Una obra que empieza leyéndose como un cómic de humor, un pasatiempo ligero para reírse un rato. Pero aunque no falten motivos para una macabra carcajada, la risa en más de un momento se congela en la comisura de los labios del lector. Una inesperada y agradable sorpresa con una historia adulta que reflexiona sobre el poder de los medios, la ética científica y los límites del humor. No se dejen engañar por su inocente portada, las motivaciones más oscuras del ser humano se ocultan tras la caricatura y la carcajada, y este cómic triunfa presentando ambas: disfrútenlo.
Funny labs
- Autores: Ivanper
- Editorial: Fandogamia
- Encuadernación: Rústica con solapas
- Páginas: 104 páginas
- Precio: 12 euros