No sé cómo lo hacen, pero es mentar la palabra «madrastra» y a casi la totalidad del personal le vendrá a la mente una imagen pesadillesca, maltrato y tareas forzadas incluidas, que mucho debe a cierta fábrica de sueños bajo el auspicio de un ratón gigante con pantalones. Tampoco las ficciones de corte decimonónico, Thènardiers mediante, han hecho mucho por dar una buena imagen de las familias adoptivas, pero por supuesto esto está muy lejos de la realidad …pero también de la ficción. Este es el caso de Masahiko, el protagonista de ‘F. Compo’ (o ‘Family compo’ según las versiones), un joven huérfano de madre que tras perder a su padre justo antes de empezar la universidad recibe la propuesta de la esposa de su tío, cuya existencia desconocía, de irse a vivir con ellos, aunque oculten un secreto que va a descolocar completamente su existencia.
Los Wakanae parecen una familia modélica. Un matrimonio joven y atractivo, él dibujante de manga, ella ama de casa, y una guapa hija de la edad de Masahiko que le acogen con un entusiasmo y un cariño que sorprende a un chico que ha pasado gran parte de su infancia y adolescencia solo, debido al absorbente trabajo de su padre. Pero la primera noche en su nuevo hogar descubrirá que sus tíos son una pareja de travestis, que la femenina Yukari es en realidad su tío (lo cual explica lo mucho que se parece a su añorada madre) y que Sora es su mujer. Perfecto cada uno en la identidad de género que ha escogido (revelador es el episodio en que, por petición de su sobrino, se visten tal y como dictarían las convenciones sociales tradicionales y al primer vistazo les toman…por travestis, creándose un gran alboroto) el matrimonio Wakanae es simplemente una pareja feliz, pero los prejuicios del recién llegado van a ser el gérmen de toda una comedia de enredo. Y todavía más cuando empieza a dudar si esa prima, a la que además le gusta sacarle las cosquillas, por la que no puede evitar sentirse atraído puede ser en realidad su primo…algo a lo que no ayuda precisamente que ésta se haya pasado toda la infancia optando entre el género femenino y masculino según como se sienta, inclinándose sólo por el femenino al llegar a la adolescencia.
Moviéndose más en los márgenes del travestismo que de la transexualidad propiamente dicho, pero siempre como una defensa absoluta de la libertad no estamos ante un manga sobre drag queens, ni de una comedia en el que el que optar por la ropa más propia del otro género esté motivado por una amenaza mortal como sucedía en ‘Con faldas y a lo loco‘, sino de una historia en la que mientras el grueso de los personajes vive su vida con total naturalidad ese elemento nuevo y discordante que es Masahiko va a ser la fuente de un caos que va a hacer de esta una de las obras más divertidas a la que se puede enfrentar el aficionado al manga. Todo sin perder de vista ese apartado emocional sobre la importancia de la familia y la aceptación personal que hacen de este no solo un cómic hilarante sino profundamente entrañable.
Tras intentarse publicar por primera vez de la mano de Mangaline en una edición de formato mucho menor que quedó inconclusa la que ahora nos presenta Arechi Manga es la primera oportunidad de disfrutar de esta, el gran clásico de Tsukasa Hōjō junto a ‘City Hunter‘ (que también se está publicando actualmente), en condiciones. ‘F. Compo’ es una obra de esas que dejan huella, con un dibujo impecable, unos personajes que conquistan y un perfecto dominio del ritmo a la hora de arrancar la carcajada. Su original punto de partida puede que choque al lector de hoy, pero en una cultura tan encorsetada para según que cosas como es la japonesa, y más en el momento en que se publicó originalmente (1996) resulta perfectamente comprensible. Alocada comedia costumbrista pura y dura ‘F. Compo’ hace reír y hace pensar, pero sobre todo hace disfrutar. Y es que al final todo queda en familia.
F.Compo
- Autores: Tsukasa Hojo
- Editorial: Arechi Manga
- Encuadernación: Rústica con sobrecubierta
- Páginas: 264 páginas
- Precio: 12,50 euros