Pocas veces una obra consigue poner de acuerdo a crítica y aficionados de manera unánime, eso sí, cuando ocurre podemos estar ante una obra maestra absoluta o, por el contrario, ante algún bodrio infumable de cuestionable calidad. Afortunadamente para todos nosotros, el tebeo que hoy reseñamos pertenece al selecto primer grupo, el de las historias que perduran a lo largo de los años gracias a sus tramas, a sus personajes y a las exquisitas ilustraciones, todo un deleite para el que se quiera acercar a ella. Para terminar de embelesarnos, Norma Editorial ha tenido a bien publicarla en un integral que enamora a primera vista por lo que ya no hay excusa para no hacerse con este ‘Érase Una Vez en Francia’, un clásico moderno de la BD y cuya lectura nos aportará tanto entretenimiento como valores históricos de una época bastante recordada y oscura. Tan solo apuntar, antes de meternos en faena, que gracias a Joseph Joanovici, protagonista absoluto de la obra, podremos visitar y recorrer las calles de la Francia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial. A partir de aquí…
El mencionado Joanovici (no se trata de un personaje ficticio ya que existió realmente) es un judío analfabeto que tuvo que emigrar junto a su familia durante la purga realizada durante el año 1905 en su Rumanía natal. Tras llegar a Francia es acogido por el tío de su pareja, chatarrero de profesión, que quedó impresionado por la habilidad de Joseph a la hora de reconocer la pureza de los metales con los que trabajaba tan solo usando su boca. Con el paso de los años terminaría haciéndose con el control del negocio y convirtiéndose en uno de los “empresarios” más famosos, poderosos y ricos de todo el país vecino. ¿A qué precio? Pues ese es el gran dilema que plantea la obra y su guionista Fabien Nury, nadie parece ponerse de acuerdo a la hora de referirse al señor Joanovici como un héroe o un traidor. Sí, la finalidad de sus actos es la de ayudar al prójimo y a su familia, conseguir esa seguridad y riquezas que puedan proporcionarle una vida de en sueño.
Sin embargo, todo ese imperio que consigue levantar desde cero se cimenta sobre la traición ya que no duda lo más mínimo en hacer negocios con quien sea siempre que se consiga un buen bocado. Y eso incluye al ejército nazi, uno de sus “clientes” más importantes. Bien es cierto que él mismo se verá traicionado en más de una ocasión, muchos cargos alemanes no ven con buenos ojos que se le haga tanta reverencia y tantos agradecimientos a un rumano. El doble juego que mantiene a lo largo de los años llega a su punto álgido en el momento que la guerra parece decantarse del bando aliado, no dudará en financiar a la Resistencia y hará todo lo posible por hacer desaparecer cualquier atisbo de colaboración pasada con el ejército opresor. También es sabido por todos que cualquier buen personaje que se precie debe tener su propia némesis, hecho que se personifica en la obra gracias a la figura del juez de Melún, Jacques Legentil, cuya obsesiva y enfermiza investigación sobre Joanovici lo sumirá en una espiral de autodestrucción de la que parece no poder escapar.
El trabajo realizado por Nury no puede ser más equilibrado y acertado a la hora de mezclar pasajes de la vida del protagonista con otros de invención propia, existen demasiados huecos que no están documentados, algo que el lector es incapaz de percibir gracias a lo bien hilvanado que resulta el relato, resultando una narrativa pausada, creíble y sin fisuras. Acierto que se prolonga a la hora de presentar los acontecimientos de manera objetiva e imparcial, no se adentran en las movedizas arenas de los prejuicios y dejan al lector que saque sus propias conclusiones. El trazo delicado y amable de Sylvain Vallèe nos deja unos personajes perfectamente caracterizados, todos ellos reconocibles al primer vistazo (algo que se agradece si tenemos en cuenta la ingente cantidad con los que cuenta la historia). Tampoco se queda atrás a la hora de mostrarnos algunas de las localizaciones más representativas y conocidas de Francia y todo lo relativo a aquellos días, se ve que no ha escatimado esfuerzos a la hora de documentarse para plasmar a la perfección edificios, calles, automóviles, ropas… Una lectura imprescindible para los amantes al buen comic, sin distinciones, y que encuentra en este integral la oportunidad ineludible para hacerse con una de las joyas de los últimos años en un formato inmejorable.
[Grade — 10.00]
Érase Una Vez en Francia Integral
- Autores: Fabien Nury y Sylvain Vallée
- Editorial: Norma Editorial
- Encuadernación: Cartoné
- Páginas: 416 páginas
- Precio: 45.00 euros