‘En soledad’, el farero que imaginaba el mundo

Acaba de llegar a las estanterías una nueva obra de Christophe Chabouté de la mano de Planeta Cómic, editorial que ha publicado en España varios trabajos más de este autor alsaciano. Títulos como ‘Purgatorio’ y ‘Un poco de madera y acero’ en los que ya se atisbaban los principales rasgos narrativos que encontramos en este ‘En soledad’. Chabouté se ha desmarcado siempre como un historietista habilidoso en el uso de los silencios, minucioso en lo referente a plasmar la psicología de sus personajes y paciente a la hora de marcar el ritmo de la narración. Características que encontramos a lo largo de estas páginas, junto con otras peculiaridades de su estilo: su sensibilidad, su singular visión del mundo que nos rodea y su capacidad para introducir elementos que sorprenden al lector en historias aparentemente cotidianas.

A pesar del notable grosor de este volumen, ‘En soledad’ parte de una premisa bastante sencilla, aunque eso sí, muy original. La acción se enmarca en un faro que se yergue en mitad del mar, alejado completamente de la civilización y de todo contacto humano. En él vive un hombre que jamás ha salido de allí, a causa de las malformaciones físicas que padece. Su único sustento se lo proporcionan dos marineros que cada semana acuden en barco a la diminuta isla donde se encuentra el faro y dejan una caja llena de provisiones. Sin embargo, nuestro protagonista nunca entabla contacto directo con ellos, así que su única conexión con la realidad es un objeto muy cotidiano —que no revelaré, para no estropear la principal sorpresa de este relato— que le ayuda a imaginarse cómo es ese mundo al que nunca ha estado expuesto a causa de su aislamiento. Así, el personaje deja volar libremente su imaginación, con resultados a veces hilarantes, que invitan al lector a contemplar el mundo que le rodea, y que siempre ha dado por sentado, desde una óptica diferente.

‘En soledad’ es un cómic que requiere paciencia por parte del lector, ya que los acontecimientos se desarrollan muy lentamente con pasajes que invitan a la contemplación, algo que se convierte en un placer gracias al cuidado dibujo de Chabouté. Gran parte del desarrollo es mudo, aunque los diálogos no se echan en falta debido a la expresividad y la riqueza de detalles de las que goza el estilo del autor. Al igual que ocurre en otras obras suyas, ‘En soledad’ es un cómic duro y tierno a partes iguales, con un desenlace que nos deja un regusto optimista y satisfactorio. Pocas obras encontraréis que retraten la soledad de una forma tan convincente, y aunque sin duda se podría haber resuelto en la mitad de páginas, posiblemente se habría perdido buena parte del encanto que supone descubrir el mundo interior de este personaje tan singular, donde las palabras y su significado cobran una dimensión inédita hasta ahora. Emotiva y sorprendente a partes iguales, esta es una de esas lecturas que se te quedan grabadas en la mente mucho después de haber cerrado sus páginas.